Ambos llegaron el mismo año a Universidad de Chile. Gustavo Canales lo hizo a principio de temporada, y Gustavo Lorenzetti a mitad de año, y de esa forma ambos pudieron levantar la Copa Sudamericana.
El Mágico recuerda al Duende justo el día que el volante hizo público su retiro y lo hace con palabras emotivas, desde el corazón, en un contexto donde claramente se valora mucho más lo conseguido por ese equipo que hizo vibrar a todo el pueblo azul.
“Fue un placer jugar con él porque tiene una calidad humana sobresaliente, muy sano y a partir de eso uno comienza a disfrutar de los compañeros, y él tenía todo porque entendía muy buen el juego, era un buen jugador y pese al físico que tenía hizo grandes cosas, él se las ingenió para tener la llave de las defensas rivales, desde la inteligencia”, asegura.
Agregando que “por ahí no era muy rápido, pero tenía una inteligencia para limpiar el juego que sorprendía y uno que vivía de estos jugadores, lo disfrutó. Nos sorprendió a todos su forma de ver el fútbol, desdramatizaba todo, uno por ahí le daba mucha importancia a cosas, vivía a otra velocidad y este tipo de jugadores tranquilizaban”.
En esa misma línea, Canales recuerda una jornada memorable que tuvo a Lorenzetti de protagonista.
“La noche de la final de la Copa Sudamericana, fue la noche perfecta, si vos buscas algo para opacar esa jornada, no lo vas a encontrar, y en ese partido Lore tuvo la suerte de hacer un gol, hicimos una pared con el Edu, y la segunda pelota le quedó, me acuerdo como si fuera hoy”, asegura el ex artillero.
Consultado por alguna anécdota que los involucre a ambos, Gustavo Canales reconoce que “yo no era muy cercano a él, mi personalidad no era cercana, uno por ahí estaba con la cabeza metida en el rendimiento del fin de semana y no hubo tiempo para crear una amistad con un tipo tan íntegro como él, una persona muy bien formada y no recuerdo anécdota, pero de seguro alguna puteada me habrá dado porque a mi me saltaba el compac en un dos por tres en todos los entrenamientos o en los partidos, así que seguro me puteó porque a mi me traicionaba mi temperamento”.