Universidad de Chile tuvo una semana muy complicada al quedar sin entrenador luego de la salida consensuada de Santiago Escobar y, como si esto fuera poco, la inesperada partida del gerente deportivo Luis Roggiero, quién había llegado al cuadro azul precedido del éxito que tuvo en Independiente del Valle y no alcanzó a durar un año.

La decisión que tomó la regencia de Azul Azul fue una que no querían adoptar por ningún motivo: poner un interino. Es que la experiencia del 2021 con Esteban Valencia primero y Cristián Romero después fue del todo traumática y esto generó que la agonía del entrenador cafetero se estirara, ojalá hasta el término de la primera rueda, pero la derrota ante Audax Italiano en Valparaíso hizo que se optara "por el mal menor".

Y así fue como se jugaroon por el DT de la Sub 17 Sebastián Miranda, hombre que no es del riñón azul, que jamás jugó en Universidad de Chile, pero que luego de cerca de un año en el club, se ha ganado cierto respeto por el trabajo que viene realizando en su serie, de hecho esta temporada sólo conocía de remontadas y victorias.

El joven estratega no se esperaba la nominación, aunque tenía claro que de quedar vacante la banca del primer equipo, su telefóno sonaría de inmediato, y así pasó, pese a que se filtró que "lo tuvieron que convencer", lo cierto es que asumió con confianza y con la certeza que podía generar cambios dentro de un camarín golpeado.

Universidad de Chile volvió al triunfo de la mano de Sebastián Miranda (Mircko Penha - Bolavip)

Miranda cambió varias cosas de inicio, por ejemplo, la intensidad en los entrenamientos, algo que tenía confundido a los jugadores, que semana a semana veían como las prácticas eran débiles y lo cierto es que el plan de Escobar de que los futbolistas llegaran temprano al Centro Deportivo Azul para desayunar "en patota", para luego de un tiempo prolongado, recién entrenar, todo esto derechamente no estaba dando resultados.

También literalmente unió los camarínes, porque Escobar tenía separado a los "grandes" de los jóvenes que tenían minutos como Lucas Assadi, Darío Osorio, Cristóbal Muñoz, José Castro, entre otros. Todos juntos en el camarín Carlos Campos, aunque estemos "achoclonados", fue el lema.

Por último, levantó los castigos que pesaban sobre Cristóbal Campos y Junior Fernandes, además integró a Nahuel Luján, el que nunca fue parte del equipo que dirigía el entrenador colombiano.

 

Fue una semana previa al duelo ante Deportes La Serena donde Miranda debió reforzar la confianza de sus jugadores, y el mismo lo explicó en la conferencia post victoria: "Les hice entender la calidad de jugadores que son. Ese fue mi primer mensaje cuando entré al camarín. Tenemos que recuperar la confianza, son grandes jugadores, me enfoqué en ayudarlos a desarrollarse de la mejor manera. Por algo están acá, por algo componen el plantel, no cualquiera llega a la U".

La hora de la verdad

Los primeros minutos de Universidad de Chile ante Deportes La Serena mostró a un cuadro azul con los mismos ripios de la era Escobar, imprecisón en los pases, controles indebidos y poquísimos intentos individuales de desnivelar. La presión se sentía, pero las cosas cambiarían radicalmente.

Fueron pasando los minutos y la U comenzó a mostrar cosas, un interesante Daniel Navarrete por la banda derecha, fiero en la marca y con confianza para eludir rivales e intentar salir desde su posición. Morales hacía lo propio por la izquierda, más allá de que se pudo ir expulsado por el impetú que pone en cada choque.

 

El tiempo avanzaba y apremiaba. Santa Laura se convirtió en una caldera y eso lo aprovecharon los azules para crecer, para sentirse protagonistas del partido y como no había pasado en todo el torneo, por fin someter a un rival generándose llegadas y no quedando la sensación que la victoria "salió de suerte" como ocurrió en Valparaíso ante Unión Española.

En esa misma línea, el segundo tiempo fue lo mejor que le hemos visto a la U en el año:  intensidad, llegadas y pese a que siguen existiendo errores en defensa, Bastián Tapia demostró que su titularidad es merecida al llegar bien a la mayoría de los  cruces e intentar -al igual que Navarrete y Morales- darle salida a su cuadro y no abusar del pelotazo.

 

Israel Poblete jugó su mejor partido desde que llegó a Universidad de Chile y lo hizo cuando su equipo más lo necesitaba, porque derechamente los azules debían ganar no sólo para obtener oxígeno en la tabla de posiciones, era vital partir este proceso -aunque sea interino- con los tres puntos. El ex Huachipato se comió la banda derecha y gracias a una jugada personal en velocidad, sacó un centro preciso para que Cristián Palacios abriera la cuenta e hiciera explotar un estadio que conoce bien.

En ofensiva se reencontraron el Chorri y Ronnie Fernández, demostrando que son una dupla letal, y que la lesión del ex Unión Española mermó las posibilidades azules, porque sin duda es un delantero diferente, puede perder uno o dos goles, pero siempre lo intenta una y otra vez, y dejó en claro que nunca hay que perder la fe en él. Lo del Barba se traduce en entrega, pero en los últimos partidos parecía náufrago y este sábado por fin se sintió acompañado, tuvo espacios, pudo abrir la cuenta, también habilitó y pudo darle tranquilidad a la U con el 2-0, salio aplaudido como pocos.

 

Miranda terminó saltando apenas Garay dio el pitazo final, se sacó mucho peso de encima y vivió a mil la adrenalina de su debut en el banco azul. ¿Le alcanza para quedarse? Es absurdo pensar que por un partido se puede ratificar a un entrenador, pero, no hay que restarle méritos a lo que hizo, porque los negativos de siempre dirán "le ganaron a un equipo muy accesible", y tienen razón, pero no es menos cierto que la U no le estaba ganando a nadie, y eso que jugó con equipos que compartían posiciones con ellos al fondo de la tabla.