Marcelo Salas pudo tener una historia distinta al salir de Universidad de Chile. Antes de que el mítico delantero consiguiera un notable paso por River Plate, una propuesta pudo cambiar su destino.
Y es que en la antesala de su partida a Argentina en 1996, pudo emigrar a México. ¿La razón? Arturo Salah había recalado en dichas tierras dos años antes y se interesó en los servicios del zurdo. Sin embargo, ello no prosperó.
“Yo estaba muy bien en Chile, pero me quería ir. Ya tenía dos años y medio, tenía casi 90 goles, 95 goles entre Copa Chile y Campeonato. Entonces, tenía que dar el salto, en el fondo fue como: ‘me quiero ir'”, comenzó señalando a Hey Social TV.
En dicha línea, rememoró su frustrado arribo a pastos aztecas. “Hubo una opción de México me recuerdo, claro, porque Arturo Salah se va al Monterrey a mitad de año y no se da. Ahí aparece lo de Argentina y ahí yo me voy”, destapó.
¿Se arrepiente de algo? Pareciera que de nada. Se convirtió en ídolo de River Plate tras cosechar tres títulos de Primera División y la Supercopa Sudamericana. Ello le valió dar el salto a Europa.
“Fue mi mejor etapa, pienso. Entre River, Mundial (Francia 1998) y Lazio, fueron esos tres o cuatro años los mejores de mi carrera”, sentenció uno de los goleadores históricos de La Roja.
El consejo de Marcelo Salas
Finalmente, Matador Salas le recomendó a las jóvenes figuras del país seguir su camino. ¿Cómo? No partió a la primera oferta a Europa: tuvo que dar pequeños pasos en Sudamérica.
“Yo sabía que veía un buen proyecto, me voy a Argentina y seguí creciendo, llego a la Selección y respondo. Fui quemando las etapas”, aseguró el ídolo de Universidad de Chile.