Este sábado, Boca tenía la oportunidad de alcanzar a River en lo más alto de la tabla de posiciones de la Superliga Argentina, al menos de forma temporal.
Para lograrlo, la formación comandada tácticamente por Miguel Ángel Russo tenía que derrotar a Atlético Tucumán, que venía de jugar por Copa Libertadores, en la Bombonera.
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Y todo comenzó bien: en la primera etapa, Franco Soldano aprovechó un rebote y abrió la cuenta. A partir de allí, Boca pudo liquidarlo pero también sufrió.
En la recta final del cotejo, el director técnico Xeneize determinó el ingresó del cuestionado Ramón Ábila, que no demoró en cumplir con las expectativas generadas.
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En la última ocasión del partido, Wanchope se fue mano a mano contra el arquero de Atlético Tucumán, que le cometió penal y él mismo se encargó de ejecutarlo.
El artillero nacido en la provincia de Córdoba resolvió con clase para estampar el 2-0 definitivo y llevar tranquilidad cuando la cosa se había puesto tensa en la Bombonera.
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