El Fútbol Club Barcelona se prepara para despedirse del Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuïc, su hogar temporal durante dos temporadas (2023-2024 y 2024-2025), para poner rumbo a su regreso al renovado Camp Nou (que cuando esté terminado exhibirá 105 mil butacas) para la campaña 2025/2026.
Aunque la fecha exacta de la vuelta todavía es un misterio, las autoridades del club blaugrana movieron fichas para ganar algo más de tiempo. ¿De qué manera? Solicitaron a LaLiga jugar los primeros tres partidos del certamen de la primera división del fútbol español en condición de visitante, lo que les brinda cerca de tres semanas de margen.
Las imágenes aéreas publicadas por el Barça no dejan lugar a dudas: las obras avanzan a pasos agigantados y el estadio luce espectacular con el primer y segundo nivel ya casi terminados. Este progreso da lugar a la gran prueba de fuego, y a su vez el verdadero adiós a Montjuïc, que será el Trofeo Joan Gamper, que el club planea disputar entre el 9 y el 10 de agosto, ante aproximadamente 25.000 espectadores (antes, a mediados de julio, habrá un ensayo general crucial para verificar accesos y seguridad).
La respuesta de LaLiga al pedido del Barcelona
El Barcelona recibió luz verde para disputar los tres primeros encuentros de LaLiga 25/26 fuera de casa y no se descarta que sean más. La intención es apurar al máximo el regreso a un Camp Nou que, inicialmente, operará con un aforo limitado al 60 por ciento, lo que implica un retorno progresivo y no una apertura total inmediata.
Las claves para la vuelta al Camp Nou
El club nunca anticipó tener que estar dos temporadas lejos de su casa, pero “diferentes imponderables”, según explicaron Joan Laporta y diferentes integrantes de la directiva que encabeza, forzaron la prolongación de su estancia en el Estadio Olímpico de Montjuïc. La ambiciosa reconstrucción del Camp Nou, iniciada en junio de 2023, tiene previsto finalizar por completo en el verano de 2026 y los permisos del Ajuntament para trabajar 24 horas al día han sido clave en el rápido avance.
Este renovado estadio, que lo ubicará como el más moderno de Europa, no solo representará un tremendo impulso deportivo para el equipo de Hansi Flick, sino que también se traducirá en una importante inyección de dinero en las arcas del club para superar, definitivamente, los contratiempos económicos y financieros que acarreó el Blaugrana en los últimos años.
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