Los Juegos Paralímpicos han dejado una gran cantidad de curiosidades y, hasta ciertas polémicas. Hablando sobre estas últimas, una de las más recientes fue la que tuvo como protagonista a Elena Congost, quien fue descalificada luego de haber obtenido la medalla de bronce.
La atleta española llegó a París 2024 luego de una intensa preparación. Resulta que tiempo atrás, Elena había estado en un parón por haber sido madre de cuatro niños. Y en su regreso a un Juego Paralímpico (participó en Londres 2012 y Río 2016), estuvo muy cerca de quedarse con un metal más que especial.
La descalificación de Elena Congost en los Juegos Paralímpicos
Luego de haber recorrido más de 42 kilómetros, Elena Congost y Mia Carol, su guía, se disponían a cruzar la línea de meta. Sin embargo, Carol estaba extenuado, y llegó a los metros finales acalambrado. Tal es así que el cansancio casi no lo dejaba andar, y hasta hizo que estuviera cerca de caerse al suelo.
Al notar el estado de Mia, Elena no dudó en socorrerlo intentando sostenerlo para que el guía pudiera cruzar la línea de meta. No obstante, en su acto reflejo de ayuda, y a tan solo 2 metros del final de la prueba, la atleta se desligó de la cuerda que lo unía a Carol, justamente para que este último no cayera.
Sin embargo, de acuerdo al artículo 7.9 del reglamento, atleta y guía no pueden soltarse en ningún momento de la prueba. Es por eso que, tras haber obtenido la medalla de bronce, la organización actuó y descalificó a la española, quitándole así el metal conseguido.
El desgarrador descargo de Elena Congost tras su descalificación
“No me han descalificado por hacer trampas, sino que me han descalificado por ser persona y por un instinto que te sale cuando alguien se está cayendo, que es ayudarle. Estoy destrozada porque tenía a la medalla. Estoy súper orgullosa de todo lo que he hecho y al final me descalifican porque dejo ir la cuerda un segundo porque una persona que tengo al lado se va al suelo”, expresó Congost entre lágrimas.
A continuación, añadió: “La siguiente atleta viene a tres minutos de mí… Ha sido un acto reflejo de cualquier humano, aguantar a una persona que a tu lado se está cayendo. Dicen que como he soltado la cuerda un segundo ya está, no hay vuelta atrás. No entiendo que nadie pueda razonar y entender la situación. Yo por aguantar a una persona que está cayendo me quedo sin nada. No le encuentro explicación alguna y me parece tan injusto y tan surrealista. Estoy súper triste”.