Hace tiempo que Conor McGregor no tiene un título mundial y es cierto que si se le pregunta a los fanáticos más fieles de la UFC probablemente elijan a otros peleadores como sus favoritos. Pero esto no quita que, le pese a quien le pese, el irlandés siga siendo la figura más popular de las artes marciales mixtas, principalmente porque es conocido a nivel mundial incluso por quienes no son seguidores habituales de la disciplina.
Esa fama mundial le ha permitido a The Notorious convertirse en una de las personalidades que más dinero ha ganado en la historia del deporte, por lo que más allá de su figura de luchador de élite se ha convertido en toda una celebridad. Y de la mano de su fortuna ha ido dando lugar también a una serie de excentricidades que no hacen otra cosa que alimentar todavía más su popularidad, especialmente en redes sociales.
Los más de 40 millones de seguidores que el irlandés tiene en Instagram no consumen, entonces, nada más que las escenas de sus batallas y sus rutinas de entrenamiento, porque allí también conviven los lujos, los cambios de look y las promociones de Proper, su propia marca de Whiskey.
Quiere comprar el Manchester United
Apasionado del fútbol como es y millonario, cómo no se le iba a ocurrir a Conor McGregor convertirse en dueño de un equipo. Lo cierto es que apuntó bien alto sus cañones, porque hace un par de meses coqueteó con la posibilidad de adquirir el Manchester United, intención de la que todavía no ha desistido. No solo eso, sino que además aseguró que le gustaría dar lugar al regreso de Cristiano Ronaldo y juntarlo con Lionel Messi. ¡De locos!
Levantó un imperio empresarial
El irlandés ha reinvertido buena parte del dinero que fue ganando rompiéndose la cara y rompiendo la de los demás en UFC con el objetivo de diversificar también las ganancias, entendiendo que la carrera del peleador de artes marciales mixtas es fugaz y que no se puede vivir de recuerdos. A su marca de Whiskey Proper N° Twelve, que es además homenaje al barrio donde se crió, le siguieron una aplicación de entrenamiento, una marca de proteinas y una empresa de contenido multimedia, solo por mencionar algunos kioscos.
Tiene un sastre personal para que lo de excéntrico se note a la vista
Conor McGregor no solo se viste con marcas comoGucci, Versace o Hermés, sino que además tiene un sastre personal que elabora sus trajes a medida. Ya cuando estaba iniciando su carrera, en 2013, había reconocido que verse elegante le gustaba tanto como “patear traseros”. Y ahora que ha ganado los millones que no tenía en aquel entonces, no duda en comprarse diez trajes de una pasadita de tarjeta.
De mansión en mansión
Muy atrás quedaron aquellos tiempos en los que, en el inicio de su carrera, Conor McGregor vivía en casa de sus padres junto a su novia Dee Devlin. El éxito deportivo le ha permitido ir adquiriendo propiedades por el mundo, desde su primera y lujosa casa de campo en Irlanda a una mansión de 7 habitaciones en Las vegas, pasando por otra mansión en Marbella que le costó 1,5 millones de euros.
Camarero: bañada en oro, por favor
Al igual que muchas otras súperestrellas, el irlandés no ha querido quedarse sin probar elGolden Tomahawk, un gran filete de carnewagyu envuelto en una hoja de oro de 24 quilates que se sirve en el restaurante del también mundialmente popular chef turcoSalt Bae, enDubai.
Que nunca falten los coches de lujo
Conor McGregor es dueño también de una gran colección de coches de lujo, en los que destacanun BMW i8, un Cadillac Escalade, un Lamborghini Aventador Roadster, un McLaren 12C, un Mercedes S 500 Coupé y un Rolls-Royce Phantom.
Te tiraste todas las joyas, Conor
Al irlandés no le faltan las joyas para echarse encima, pero sin dudas la más destacada de su colección es el relojAstronomia Tourbillon Baguette, clasificado como una de las piezasmás caras de la colección de Jacobs & Co.Con zafiros, 342 diamantes visibles y otros 80 ocultos en la maquinaria, todo engastado en una carcasa de oro blanco, el reloj trae también una sorpresa que animaría cualquier fiesta con solo presionar un botón: pues allí apareceránen movimiento dos personas teniendo sexo mientras se mueven dos cisnes en la parte superior y la aguja del minutero suena al compás. ¿Quién habló de buen gusto?
Se compró el derecho de admisión
El premio a las excentricidades de Conor McGregor se lo lleva sin dudas el pub irlandés que compró para reservarse el derecho de admisión. Sucede que antes de ser dueño del mismo se peleó allí con un pobre desafortunado que ya no pudo volver a entrar una vez que el irlandés puso al dueño anterior un billete arriba del otro. Por suerte sobran los bares en la isla.