Nadie, pero ni hasta el más sabio puede venir y decir que no hay que esperar demasiado de la vuelta de Manny Pacquiao al boxeo. No son palabras compatibles entre el tipo de protagonista y lo que representa esa afirmación. No, es él, la leyenda, el que fue campeón en ocho categorías distintas como nadie jamás lo logró en la vida. Pero… ¿Y si sale mal? Sería duro. ¿Se tuvo que haber quedado en el retiro?
Manny Pacquiao: entre la gloria y el abismo
No queda nada para el tan esperado 19 de julio en el que Pacquiao volverá a los cuadriláteros de manera oficial para retar el cinturón wélter CMB que está en posesión de Mario Barrios, un estadounidense que no asusta demasiado y que, seguramente, sería un objetivo sencillo de atravesar para el Manny de los mejores tiempos. Ahora la historia es distinta, Pacman ya tiene 46 años, no pelea desde 2021 y su rival está muy activo. El final parece cantado…
En las apuestas, Barrios es ampliamente superior a Manny, como si lo que hubiese hecho Pacquiao en el pasado no contara de nada, como si se tratara de un simple veterano que busca cumplir un sueño. Puede que los expertos tengan razón, pero de eso se trata el deporte, de la épica, de la emoción y de estar acostumbrados a que las leyendas siempre tienen un plus, porque no en vano llegaron hasta esa posición en sus carreras.
Manny muestra su velocidad en los entrenamientos, esa que tanto lo caracteriza. La intensidad del filipino siempre fue una de las principales fortalezas con las que consiguió vencer a la mayoría de los rivales que tiene enfrente. Su récord de 62-8-2 deja a las claras que su estilo es sumamente efectivo, por lo que el público no espera algo distinto, más conversador o defensivo. Los aficionados desean que vaya hacia al frente, dando show.
Elegimos creer, no puede haber tanta expectativa para una desilusión tan grande, no puede ser posible. Nadie le reprochará nada si pierde, es algo que está dentro de las posibilidades, pero por el bien del deporte y por una función más, esperamos que Pacquiao culmine la noche del 19 julio con el cinturón en los brazos, como acostumbró a hacer la mayoría de su vida.
