Paris Saint-Germain comenzó su participación en la final de la Copa de Francia como un auténtico torbellino. Primero fue Edinson Cavani el encargado de marcar, y, minutos después, Ángel Di María hizo lo propio.

El volante argentino recibió en el sector izquierdo del campo de juego, y, con muchísimo terreno a su disposición, se internó en el área de Mónaco y sacó un buen remate que el portero rival no alcanzó a contener. 2-0.