Boca fue claramente superior a Corinthians desde el juego, ya que el Xeneize decidió imponer las condiciones del partido en una Bombonera que era una verdadera caldera. Sin embargo, la ineficacia respecto al arco rival hizo que el cero no se mueva del marcador, con un penal errado incluido en esa falencia goleadora en la que Darío Benedetto fue el máximo involucrado. 

El Pipa, en su partido número 100 con la camiseta xeneize, tuvo las oportunidades más claras pero no pudo concretar el tanto que le diera la tranquilidad del pase a cuartos de final de la Copa Libertadores en los 90 minutos, por lo que tras una nueva igualdad como sucedió en la ida en Sao Paulo, el partido llegó a los tiros desde el punto penal.

El Timao vino a Argentina con la misma idea con la que Boca había ido a Brasil: aguantar el cero y rescatar un empate, y si bien el Xeneize fue mejor que el conjunto carioca, los errores no forzados sobre todo en ofensiva impidieron que los dirigidos por Sebastián Battaglia se impongan en el resultado de la forma que lo hicieron desde el juego.

Esta paridad se definió desde los doce pasos, con un Boca que tomó los primeros pasos tras la conversión del remate de Marcos Rojo, la gran figura del partido en los 90 minutos. Sin embargo, la serie de penales también se dio pareja la definición y llegó hasta los remates del mata-mata, con un Agustín Rossi heróico esta vez no alcanzó para que Boca pueda concretar a su favor una definición por penales y quedó eliminado por los derrados de Sebastián Villa, Darío Benedetto y Juan Ramírez.

De esta forma, Boca cayó en los octavos de final ante Corinthians pese a haber concretado una serie de mejor manera que el Timao. Benedetto, completamente desconsolado, le pidió disculpas a la tribuna xeneize. Quedará, para el club de la Ribera, enfocarse en la Liga Profesional y en la Copa Argentina, además de focalizar la próxima Libertadores, donde Boca ya está clasificado.