“Dybala está para 20-30 minutos“, fue lo que sentenció José Mourinho el pasado martes en la conferencia de prensa previa a la final de la Europa League entre Roma y Sevilla en Budapest. Sin embargo, esto no fue más que una maniobra de distracción del “Special One” para sus rivales, ya que finalmente el DT de la Loba optó por poner a Paulo desde el arranque.
Esta jugada le salió perfecta desde el primer tiempo a Mou, ya que en solo media hora, entre Dybala y Lorenzo Pellegrini se apoderaron del juego y dominaron a un Sevilla que tuvo que mostrarse replegado en defensa constantemente.
Para mejorar aún más la decisión del entrenador portugués de engañar a todo el mundo con la titularidad de Dybala, el argentino campeón del mundo fue el encargado de abrir la cuenta goleadora en el Púskas Arena de Hungría para que la Roma empiece ganándole al Sevilla la final de la Europa League.
Recibiendo un pase frontal rápido de Gianluca Mancini, Paulo logró acomodarse con un solo toque con el que orientó la pelota de manera cómoda para entrar al área y en el segundo toque de pelota que dio en la jugada, la Joya la mandó a guardar al segundo palo ante la salida de Bono del arco y de la presión del defensor francés Loic Badé.
En el festejo, a quien primero fue a abrazar fue a un médico de la Roma, quien se acercó hasta esa zona externa del campo para saludarlo. Rápidamente se sumaron todos los futbolistas para celebrar lo que, por ahora, es el gol del título continental para los romanos. ¡Y Dybala se emocionó hasta las lágrimas tras su gol! Con solo minutos jugados en las últimas 5 semanas por una lesión muscular, la Joya se guardó todo para este momento. Crack total.