River y Patronato batallaron duro en Paraná por un lugar en las semifinales de la Copa Argentina . El Millonario llegó después de un duro golpe en el Monumental tras caer ante Talleres por 1-0, mientras que el Patrón venía de tres partidos consecutivos sin poder ganar y con la esperanza de dar el gran batacazo en La Rioja.

El conjunto de Marcelo Gallardo fue el primero en golpear: Bruno Zuculini la embocó de mediavuelta en el área y le dio el impulso que su equipo necesitaba para comenzar óptimo el juego en el EstadioCarlos Augusto Mercado Luna. Sin embargo, los dirigidos por Facundo Sava no querían ser parte de ninguna fiesta: Marcelo Estigarribia aprovechó el resbalón de Jonatan Maidana en el área y, tras tapar varias en la primera media hora, Ezequiel Centurión no pudo contener el tiro. 1-1 y al descanso.

River se preparó para encarar el segundo tiempo con la intención de liquidarlo y no sufrir, pero Patronato se encargó de arruinar todos los planes. En esta oportunidad fueJonathan Herrera quien sacó provecho de otro horror en la zaga de La Banda para irse solo y solito al área y definir para dar vuelta el resultado para sorpresa de todos.

Con un Millo golpeado, y con más envión que fútbol, el rescatista tuvo nombre y apellido: Juan Fernando Quintero. Al colombiano se le dio por probar directamente desde un tiro de esquina y, después de haberlo intentado varias veces con la camiseta de River, esta vez el gol olímpico se hizo realidad. Un tanto de ensueño.

Los dirigidos por Gallardo fueron a la carga por el 3-2 que lo depositara en semifinales y evitar dejar el semestre en manos de la suerte de los penales. Sin embargo, con un errado clarito por lado, ambos equiposno se sacaron ventajas y lo definieron desde los doce pasos.

Ezequiel Centurión volvió a ser lo mejor del Millonario al tapar el segundo penal de la tanda, pero la mala puntería del conjunto de Núñez pasó factura: falló Zuculini, falló Suárez y Patronato convirtió para dar el gran golpe eliminando al último campeón del Torneo de la Liga Profesional. Un año para el olvido en River y las consecuencias están a la vuelta de la esquina.