Alejandro Delorte dejó su huella en el fútbol argentino durante la primera década del 2000. Con sus casi dos metros de altura y su presencia dentro del campo de juego, el delantero quedó en el recuerdo de los hinchas por sus buenos pasos en Olimpo de Bahía Blanca, Gimnasia de La Plata y Argentinos Juniors.
A sus 45 años, el ‘Flaco’ habló con Bolavip e hizo un repaso sobre su extensa trayectoria, en la que fue sondeado para ser refuerzo de Boca, así como también habló sobre su actualidad, ya que continúa jugando en Pacífico de su Cabildo natal y se prepara para ser director técnico en el futuro.
Sus inicios en el fútbol
Al nacer en cerca de Bahía Blanca y contar con una altura importante, el ‘Flaco’ jugó al básquet y al fútbol a lo largo de su adolescencia, hasta que a los 17 años se decidió por seguir únicamente con su pasión. Sin haber realizado inferiores, se probó en Olimpo para iniciar su recorrido, aunque no fue fácil, ya que en el medio abandonó para trabajar en un bar en Sierra de La Ventana. “Fue medio difícil a esa edad”.
-¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol? ¿No tiraste para el lado del básquet por tu altura?
-Sí, fue difícil porque Bahía es capital del básquet. Allá cuando te vas para arriba, que sos alto, enseguida te mandan a practicar básquet. Yo a los 13 años ya estaba practicando básquet en Estudiantes, pero era difícil porque yo estaba en Cabildo, a 40km y salía de la escuela e iba todos los días. Me pasaba a buscar mi viejo, me llevaban a la ruta, hacía dedo y fue un proceso de desgaste y no era algo que me gustaba. En un momento alcancé a hacer las dos cosas hasta que un momento a los 17 años y con unos amigos vimos en el diario que probaban jugadores en Olimpo. Nos fuimos a hacer la prueba y quedamos.
-¿Fue fácil la adaptación al llegar a Olimpo?
-Yo subía a Primera local, jugaba y cuando bajaba a Reserva, el técnico no me quería, me mandaba al banco, me decía que vaya a jugar al básquet, fue medio difícil a esa edad. En un momento decidí dejar todo y me fui con un amigo que tenía un bar en Sierra de La Ventana.
– ¿Volviste a jugar al fútbol allá?
-Jugué en la liga de Tornquist. Me acostaba a las cinco de la mañana que cerraba el bar y al otro día me levantaba, iba a jugar, hacía muchos goles y salimos campeones. Al estar cerca de Bahía, salía los medios de Bahía y el técnico de Olimpo me fue siguiendo hasta que a los 21 años dije, bueno, tengo que probar, así que volví y todo fue todo medio rápido. Tenía que demostrar en cuatro meses que me podían hacer contrato porque yo ya tenía la edad de 21 años y en esa época si a los 21 años no te hacían ningún contrato, quedabas libre. Fue todo medio maratónico porque llegué tarde, ya habían hecho la pretemporada y me quedé ahí, arranqué jugando de suplente, empecé a hacer goles, fui titular en primera, hice el primer contrato peleando el descenso en la B Nacional y hasta que echaron al técnico. Un viernes agarró el DT que tenía en la liga, me puso en la práctica de fútbol para los titulares y el domingo debuté e hice un gol a los cinco minutos.
El estreno en Primera y el salto al profesionalismo
En 2001 el elenco de Bahía Blanca logró su primer ascenso a Primera División. Durante la estadía en la máxima categoría del fútbol argentino, el ‘Flaco’ comenzó a mostrar sus cualidades, por lo que llamó la atención de Gimnasia de La Plata, equipo con el que peleó el Torneo Clausura 2005 con Boca, para luego regresar al club de sus amores a pelear por la permanecia. “Lamentablemente se nos escapó”, soltó.
-Tus primeros años en Olimpo fueron soñados…
-Sí, sí. El 27 de diciembre del 2001, ascendimos a Primera y ya cambió, ya era otra historia, otro color, ya otros hoteles, ya eran otras canchas. Era toda sorpresa también, todo pasó medio rápido porque si yo me pongo a acordar, en 1999 estaba teniendo un bar en Sierra de la Ventana y no era jugador profesional. No estaba ni en un plantel, estaba en la Liga de la Sierra en esa época.
–Tras buenas temporadas en Olimpo te llamó Gimnasia y pelearon el campeonato…
-Fue el torneo que peleamos con Boca y se nos escapó en las últimas fechas. Gimnasia era un club que estaba siempre ahí peleando en promociones, siempre ahí abajo, no estaba bien. Tuvimos una meseta hasta que le ganamos a Quilmes en el último minuto y ahí el equipo levantó. Estuvimos como 7 u 8 fechas punteros, habríamos quedado en la historia para toda la vida, pero lamentablemente se nos escapó.
-¿Por esta buena temporada te llamaron de otros clubes?
-Sí, pero me llamaron también de Olimpo y el amor por Olimpo era más fuerte, bajé a pelear el descenso, hicimos un campañón terrible, pero no alcanzó, tuvimos que jugar la promoción con Belgrano, los dos partidos arrancamos ganando 1-0, tuve la suerte de hacer los goles yo y nos lo dieron vuelta dos veces, por lo que descendimos.
-¿Te costó tomar la decisión?
-Me acuerdo que tenía al Mono Navarro Montoya como compañero de concentración, y me trajeron a Cardetti en ese mercado de pases. Yo hablaba con Mono y le dije, me trajeron a Cardetti, el único refuerzo que trajeron es un 9. Es como que muy conforme conmigo no estaban. Le dije que no iba a tener la participación que yo quería y que Olimpo, que es mi casa, me necesitaba, entonces agarré y me fui.
El salto al exterior y su paso frustrado por Italia
Luego de descender con Olimpo, el ‘Flaco’ tuvo su primera experiencia en el fútbol del exterior al ser transferido a Peñarol, donde tuvo una gran actuación al ganarle el clásico a Nacional. Debido a esto, pasó al Brescia de Italia, aunque allí no salió como esperaba por el mal manejo de su representante. “Mi representante le prometió una comisión a la dirigencia de Peñarol y por eso no me habilitaban”, afirmó.
-¿Cómo fue dar el salto al fútbol de Uruguay?
-La verdad es que Peñarol es un club inmenso con una historia terrible. Yo llegué al aeropuerto y ya tenía 15 cámaras de televisión, no sé cuántas micrófonos de radio ni bien pise en Montevideo. Fue una experiencia espectacular porque me llevó un técnico que me conocía y sabía que me iba a hacer jugar, ya sabía cómo jugaba yo y me iba a hacer rendir. Me acuerdo que llegué a Peñarol y a lo poco tiempo nos fuimos a una gira a Italia. Y en la gira llegamos al hotel y estaba lleno de gente de Peñarol, en Italia. Tiene hinchas por todo el mundo. Ganó muchas Libertadores, entonces tiene mucha historia.
-¿Cómo es vivir un clásico en Uruguay?
-Ahí se arranca a jugar un mes antes y se termina un mes después. Arrancamos perdiendo y lo dimos vuelta. A mí me tocó hacer el 2 a 1 y ganamos 4 a 1. Fue una fiesta total. Cada vez que llega la fecha que se juega a los clásicos siempre hay un llamado de los medios de allá. O te escriben por las redes sociales para recordárselo. Quedas en la historia por haber ganado un clásico de la manera que se ganó.
-¿Por qué te fuiste rápido de Peñarol?
-Me quedó el sabor a poco de no haberlo disfrutado más tiempo. Fue una experiencia por ahí corta porque fueron seis meses y ahí mi representante me rompió los huevos para irme a Italia. Yo hablaba mucho con Gregorio Pérez, que era mi técnico, y me decía que espere porque me podía querer un equipo de primera.
-¿Estabas convencido de irte al Brescia?
–No, no estaba convencido pero en lo económico era un salto importante y además Europa era tentador. Yo tenía pasaporte comunitario y en esa época se usaba en Italia jugar con un 9 torre porque habían salido campeones del mundo y se usaba esa táctica, entonces yo como que encajaba a la perfección. Yo prefería quedarme en Uruguay por más tiempo, por la charla que había tenido con Gregorio Pérez. Pero bueno, después el representante te tira que invirtió en uno y que las oportunidades uno nunca sabe cuándo se vuelven a repetir y tomamos la decisión de ir. El problema fue que no me habilitaban y era raro. En ese tiempo que no me habilitaban, echaron al técnico y vino un técnico nuevo que se la jugó por los del equipo, empezó a andar bien y me quedé sin jugar.
-¿Supiste por qué no te habilitaban?
-La FIFA te habilita automáticamente a un mes de haber hecho el transfer. Después cuando el tiempo pasa y vas conociendo más gente me terminé dando cuenta que era porque mi representante le había prometido una comisión a alguien de Peñarol para que habilite rápido las cosas y esa plata no llegó, entonces el transfer no se mandaba.
La vuelta a Argentina y la revancha en Europa
Tras este conflicto en Italia, Delorte decidió regresar al fútbol argentino. En esta oportunidad, fue Argentinos Juniors el equipo que lo fichó. Su estadía allí fue corta, ya que tuvo la oportunidad de tener una revancha en Europa y hasta recibió el sondeo de Boca.
-A los seis meses pudiste dar vuelta la página e irte a Argentinos Juniors…
-Estaba entre quedarme y bajar por ahí a la tercera categoría porque Italia para vivir era mágico, pero me llamaron de Argentinos y dije que no podía desaprovechar la oportunidad. En definitiva fue una linda elección, una linda elección porque fue un buen año. No arrancamos bien, me acuerdo que el primer partido que jugamos fue con Caruso como técnico, que había traído a muchos chicos del ascenso, muchos chicos que no tenían lugares en equipos de primera que no jugaban y medíamos todos de 1,85 para arriba, bien de su estilo. Había poca paciencia de la gente, porque no éramos del estilo del club. En la segunda fecha jugamos con Boca, ganamos y ahí arrancamos y tuvimos un gran año.
-Pudiste cumplir el deseo de volver a Europa gracias a Argentinos…
-Le pude hacer goles a Boca, le pude hacer goles a River y fue una linda experiencia, un lindo año en lo personal y en lo grupal. De ahí empezaron a caer ofertas de México, de la MLS pero yo tenía la idea de volver a Europa. Ahí también fue cuando se rumoreó lo de Boca.
-¿El hincha griego se parece al argentino?
–No, los griegos están locos, son muy pasionales, están enfermos. Cuando llegué al aeropuerto había como 500 hinchas. Salónica es la segunda ciudad en importancia después de Atenas y caímos a un club que estaba jugando repechaje para entrar a la Copa de la UEFA. En un momento se me acercó un chico, se levantó la remera y tenía el tatuaje de la AFA, fanático del fútbol argentino, era el jefe de la barra brava. Después me tradujeron y me contaron que venían a Argentina a conocer distintas barras.
-¿Cómo fue ese paso por Grecia?
–Menos suerte que yo, ja. Nos fuimos de pretemporada a Austria, y en el primer amistoso de con un equipo de Croacia arranqué de titular, pero a los diez minutos, un croata me mete el dedo para que no lo anticipe. Me rompió el ojo, me metieron como 13 puntos en el ojo. Como me ardía mucho empezamos a bajar a una ciudad como a tres horas de auto, llegamos a un hospital y me mira uno y se va. Me mira otro y se va. Cinco pasaron así mirándome y se digo. Con el traductor de Google la médica me dijo lo que tenía y lo que me iban a hacer. Después de esto empecé de atrás, jugué varios partidos y no la pude embocar.
El sondeo de Boca para ficharlo
Por su buena temporada en Argentinos Juniors, en la que lograron la clasificación a la Copa Sudamericana, el ‘Flaco’ fue sondeado por Boca, ya que estaba en búsqueda de un 9 debido a la lesión de Martín Palermo.
-¿Llegaste a tener contactos de Boca?
-No, a mí no me llamó nadie, pero sí sé que habían hablado con la gente que me manejaba en ese momento, que eran mis representantes, que habían, por medio de intermediarios, tirado el nombre. En ese momento, creo que era Ischia el técnico, y que había dado el visto bueno, pero finalmente terminó llegando Luciano Figueroa del Génova.
La vuelta de Grecia y la experiencia en Venezuela
Sin continuidad en Grecia, Delorte decidió pegar la vuelta a Argentina, aunque no recibió ofertas de los clubes. De esta manera, cerró su llegada al Deportivo Táchira de Venezuela, donde vivió una mala experiencia, ya que quisieron secuestrar a su pareja. “Ahí aprendí que uno tiene que saber al lugar al que va”, tiró.
-Decidiste rápido volver a Argentina…
-Para las fiestas me volví, hablé con el club y rescindimos el contrato que era por un año y medio más. Llegó enero y no me había llamado nadie, entonces salió lo de Deportivo Táchira, que jugaba Copa Libertadores. Ahí aprendí que uno tiene que saber el lugar al que va. Cuando fui, la situación estaba complicada. Yo en ese momento estaba en pareja y llegó Martín Hidalgo que también venía con su pareja. Coincidimos para que lleguen las dos juntas al hotel. Al poco tiempo fueron al supermercado, nosotros nos quedamos en el hotel, charlando y después al rato cayeron las pibas corriendo desesperadas porque las habían querido secuestrar. Le tiraron la camioneta encima de la vereda. Ahí le dije, ¿qué hacemos? Nosotros vivimos mucho en el hotel, esa época jugábamos todos los domingos y miércoles.
-¿Cómo hiciste para estar esos seis meses ahí?
-Fue bravo el día a día, el día a día para mantenerse bien de la cabeza. Era salir a la calle, subir al taxi y escuchar por las radio que en la otra cuadra había una balacera o que habían pasado por una plaza y hubo una balacera. Era juntarse, estábamos en el mismo hotel y era charlar y contar los días para irse. Lo único que sostenía a nuestras parejas era decirle que cuando terminemos nos íbamos a Margarita, era lo único que nos mantenía. En ese momento la pasamos mal. Nosotros nos íbamos los fines de semana, o viajábamos para jugar la Libertadores y nos quedábamos preocupados porque podían entrar en la habitación del hotel sin problema, porque la gente andaba armada.
El regreso para ascender a Olimpo y el recuerdo de la gente
Olimpo siempre fue la pasión del ‘Flaco’. Por eso, a pesar de estar en la segunda división de Argentina, decidió regresar al club de sus amores resignando dinero, pero con la ilusión de ascenderlo en su 100° aniversario. “Era algo que como hincha y jugador lo deseaba”, afirmó.
-Me imagino que cuando te llamó Olimpo no dudaste en aceptar…
-Me llamó el presidente del club y nos juntamos para ver cómo andaba. Ahí me dijo que me quería. Se cumplían los 100 años de Olimpo y quería hacer un equipo para ascender y festejar los 100 años en primera. Vino con el chamuyo y vos que sos referente, y yo ya me cebé, pero me dijo que no había un peso. Me había sobado el lomo todo y después me dice que no tenía un peso, ja. En ese momento tenía otra oferta de afuera y había ofertas de equipos de acá, pero tenía la ilusión de festejar los 100 años con el equipo en primera, era algo que como hincha y como jugador que lo deseaba. Por suerte me tocó jugar todos los partidos y este ascenso hizo que a día de hoy la gente me reconozca, hasta me hicieron un mural en la cancha.
-¿Qué te genera todo eso que siempre se acuerden de vos en todas partes de Argentina?
-Después de terminar la carrera yo pensé que se apagaba la luz, pero nada que ver, el otro día se cumplía el aniversario de Fútbol de Primera, hicieron un especial y me invitaron para ver si podía ir a Buenos Aires. Ahora hay muchas más redes sociales y cosas que se recuerdan de otras épocas y siempre estoy presente. Si hay algo que por ahí me da bronca de esta dirigencia de Olimpo, y es no haberme dejado jugar los últimos años para que las edades de veintipico me conozcan, porque yo por ejemplo voy a la cancha y me encuentro con un pibe de veinte años y me tiene, pero no se acuerda porque eran chiquitos. Me quedó esa espinita.
Su última experiencia en el exterior
Luego de otro gran paso por Bahía Blanca, el ‘Flaco’ tuvo su última experiencia en el exterior al ser fichado por Oriente Petrolero de Bolivia. Allí además fue su primera vez jugando en la altura y si bien sus números fueron buenos, los hinchas no reconocieron su rendimiento. “Quieren que seas Messi”, comentó.
–¿A vos con tu altura te complicaba más, te complicaba menos o era exactamente lo mismo?
-Me fui a Oriente Petrolero que está en Santa Cruz de la Sierra y ahí está el llano. Era dificilísimo porque jugaba hace un fin de semana en el llano y otro en la altura. Jugamos unas semifinales contra The Strongest e íbamos ganando 3 a 1, había hecho un gol y en los últimos 15 minutos el equipo se murió, no entraba aire por ningún lado, y miraba para los costados y mi compañeros, que estaban un poco más acostumbrados, que jugaban en la selección, estaban como yo y nos terminaron dando vuelta el partido 5 a 3. Después en la revancha teníamos que ganar por dos y ganamos por uno a cero y quedamos afuera. Fue una experiencia hermosa porque Oriente Petrolero juega con 40.000 personas por partido y son pasionales.
-¿A pesar de que te fue bien, los hinchas no te lo reconocieron?
-No, cuando te llevan como extranjero y salta lo que uno cobra, porque para colma eso, llegué y a los días estaban saltando en todos los medios lo que cobraba yo, era imposible. Cuando traen a un extranjero y ven lo que ganan, quiere que seas Messi, tiene que haga goles todos los partidos y no alcanza, tenía que hacer dos goles y que el equipo gane, porque si hacía dos goles y el equipo perdía, tenía que hacer tres.
Su paso por el ascenso
Una de las principales características de la trayectoria de Delorte es que jugó en todas las categorías del ascenso menos la Primera D. Gimnasia de Mendoza, Deportivo Maipú, Gimnasia de Jujuy, San Martín de Burzaco fueron algunos de los clubes por los que pasó. “Era volver a la realidad después de haber estado en Europa”, confesó.
-¿Qué te dejaron tus experiencias en el ascenso? Jugaste en casi todas las categorías…
-Jujuy a mí me encantó. Justo llegamos a un club que estaba todo remodelado por la Copa América, el estadio, la casita de plata estaba hermosa, era de primer nivel y tenían un complejo de entrenamiento espectacular. Con San Martín de Burzaco en la C, ya todo era muy a pulmón, muy sacrificado, chicos que saben de laburar y se toman en tren y llegan con lo justo, ya es más como las ligas locales. Era volver a la realidad después haber estado en Europa.
-¿Cómo te fue en tu paso por Mendoza?
-Mendoza es hermoso, para mí es una de las ciudades más lindas de la Argentina, en todo sentido. En gimnasia nos faltó el ascenso porque llegamos a la semifinal también y era un club que sabía que recién había llegado un gerenciador, alguien que ponía plata y sabías que al poco tiempo iba a hacer el salto. Ahí era capitán y para jugar la semifinal le pedí al presidente que nos llevara al avión. De Mendoza a Comodoro. La CAI había hecho al revés y había tardado 27 horas, y yo dije que había que hacer la diferencia porque habíamos ganado 1 a 0 nada más. Viajamos en avión, pero lo que no contaba era que en Comodoro íbamos a jugar con 110 km de viento por hora. Siempre digo, la primera que sacó el arquero, se fue al córner para ellos. Nos ganaron un a cero con gol olímpico, le pegó y fue imposible y perdimos por penales.
Su actualidad y los últimos pasos en el fútbol
A los 45 años el ‘Flaco’ disfruta de sus últimos momentos en el fútbol. Tras volver del retiro, jugó para Pacífico de Cabildo en la segunda división de Bahía Blanca, y a su vez, comenzó con el curso para convertirse en entrenador.
-¿Cómo fue tu vuelta al fútbol?
-Por suerte jugué todo el año, arrancamos allá por abril más o menos y no sé, no te miento, pero creo que de la pandemia que hice la pretemporada con Sansinena para jugar al Federal A, que no hacía una pretemporada completa, me vine en febrero porque digo, bueno, si quiero jugar tengo que estar bien físicamente, me quiero sentir bien y quiero estar todo el año tengo que hacer la pretemporada. Pude hacer una buena pretemporada, que después te da la comida para todo el año, y por suerte pude jugar todos los partidos excepto uno. Lamentablemente el primer torneo entramos a los cuatro para ascender y quedamos afuera y después el segundo semestre no pudimos entrar entre los cuatro.
-¿Cómo fue tu vuelta este año? ¿Te llamaron unos amigos para que vuelvas a jugar en Pacífico?
-Cuando agarran el Gabo y el Topo que fueron compañeros míos en Olimpo sentí la necesidad de ayudarlo, de estar en ese momento, porque era su primera experiencia. Primero la idea fue probar a ver cómo estaba el físico, cómo me sentía yo. También estoy haciendo el curso de técnico. No sé si lo voy a ejercer alguna vez, pero hay que tenerlo para estar capacitado y ir aprendiendo porque hoy en día es totalmente distinto, las generaciones nuevas son muy diferentes a lo que yo mamé, a los vestuarios que yo mamé, entonces también estos últimos años jugando al fútbol, estando dentro de un vestuario me sirvieron para ir aprendiendo también.
-¿Cómo llevás el curso técnico?
-Lo estoy haciendo en Buenos Aires en la escuela de Loma de Zamora y nada ya estamos en la recta final, estas fechas son dos de exámenes finales y ya me recibo el segundo año que es la licencia A en la que la que te permite dirigir en la Argentina. Y el año que viene está opcional en la licencia pro, que es la que existe la Conmebol y Europa, así que seguramente el año que viene vamos a estar también otro año más y ya estaría recibido.