Michael Jordan, el histórico basquetbolista que brilló con la camiseta de Chicago Bulls durante 13 temporadas, y con la que ganó 6 anillos, atraviesa un pésimo momento personal. Hace más de una década puso a la venta su lujosa y excéntrica mansión que se encuentra ubicada en Highland Park, al norte del estado de Illinois.
En 1991, el oriundo de Brooklyn adquirió el inmueble y después de cuatro años pudo terminar con su remodelación. Así fue que el terreno de 2.8 hectáreas quedó con una estructura que posee 9 habitaciones y 15 baños, una cancha de básquet con su logo en el centro, un putting green de golf, un microcine, una sala de juegos, una pileta y también una cancha de tenis. Incluso, en el portón de ingreso aparece el dorsal 23, con el que brilló en la NBA.
A pesar de todos los lujos que posee la mansión, se encuentra deshabitada desde hace mucho tiempo y recién en 2012 fue puesta a la venta a una cifra que, para muchos, es impagable: 29 millones de dólares. Sin embargo, como no logró conseguir un comprador, al año siguiente redujo sus pretensiones y solicitó 16 millones de la misma moneda para desprenderse del inmueble porque nadie lograba acercarse al importe inicial.
Con el correr del tiempo, se programó una subasta para que el también ex jugador de Washington Wizards lograra desprenderse de su casa de una buena vez por todas. Pero no logró conseguirlo. Después de que se cerró la puja en 13 millones de dólares, cuando el comprador fue a firmar los papeles, dio marcha atrás y canceló la compra.
A raíz de esta situación, Michael Jordan no logra vender su domicilio deshabitado y multimillonario. Y en los últimos meses, un explorador urbano logró tomar algunas imágenes del lugar, en el que pudo mostrar el estado de abandono y dejadez: a la sala de cine se la ve muy sucia y dejada, además de que la cancha de básquet estaba inundada y desarmada, y los muebles de la cocina en un pésimo estado.
Las razones por las que Michael Jordan no logra vender su mansión
En el año 2016, el especialista Adam Rosenfeld, de la empresa inmobiliaria Mercer Vine, dialogó con Marketwatch y sostuvo que “cuando tienes una propiedad tan específica y tan customizada, la venta se convierte en una batalla cuesta arriba”.
Además, se refirió a otros detalles claves que tiene el inmueble y por el que resulta muy complejo poder desprenderse del mismo: “A pesar del atractivo que la casa puede tener para los fanáticos de los Chicago Bulls y otros amantes de los deportes, es probable que su gran tamaño y sus características personalizadas hagan que sea difícil encontrar al comprador adecuado”, explicó. Y añadió que “si bien está ubicada en uno de los barrios de más alto nivel de Chicago, Highland Park, no está ubicada en un lugar donde las celebridades normalmente buscan casas, como Beverly Hills, por ejemplo”.