Indudablemente Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic cambiaron el tenis para siempre. Dominaron el circuito por años, ganaron Grand Slamas de a decenas, nos regalaron batallas épicas entre sí, se potenciaron entre ellos, compitieron en un altísimo nivel casi hasta los 40 años y dejaron un legado que trascenderá generaciones. Dentro de 20, 30 o 40 años se hablará de ellos. Lo que también dejaron fue a una generación -los nacidos en la década del 90- con una frustración importante, que tiene varios exponentes, pero el más destacado es Alexander Zverev.
Si bien el ranking indica que es número 3 del mundo en la actualidad, hasta hace poco fue el 2 y muy probablemente en los próximos años se mantenga en el top 5, la realidad es que Alexander Zverev es la cara de una generación que no cumplió con las expectativas. Aquellos jugadores que nacieron entre mediados y fines de la década del 90, que llegaron al circuito profesional entre 2013 y 2017, mostraron credenciales y fueron promesas de pelearles al Big 3, ninguno de ellos logró hacerlo.
Si bien Alexander Zverev es un poco la cara de esa generación, hay que destacar nombres importantes que forman parte de esa camada como lo son Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Denis Shapovalov, Stefanos Tsitsipas o Casper Ruud, solamente por poner algunos ejemplos. Eso no quiere decir que no hayan tenido grandes certámenes o mismo en este momento tengan un buen nivel o inclusive que en un futuro puedan ganar títulos de Grand Slam, pero sí que ya están por llegar a los 30 años, llevan aproximadamente una década en el circuito y no pudieron cumplir con las expectativas que se habían depositado en ellos.
¿Por qué Zverev es la cara de esta camada?
Si bien son varios los jugadores nacidos en los 90 que no dieron la talla, probablemente del que más se esperaba era de Alexander Zverev, un jugador sumamente interesante en todas las superficies, con un gran servicio, muy buenos golpes y el hambre de gloria necesario para ser trascendente. Pero también es la frustración hecha persona, se queja ante cada derrota, no sabe llevar las críticas y además no pudo ganar ningún título de Grand Slam y eso que jugó varias finales.
¿Por qué fracasó esta generación?
Más de uno podrá pensar que hablar del fracaso de una generación es un poco fuerte y puede ser, pero la realidad es que se esperaba que, una vez que el Big 3 comenzó a bajar un poco su nivel, que por cuestiones físicas no iban a jugar todos los torneos o que el cansancio les iba a jugar una mala pasada, ahí fue cuando estos chicos nacidos entre mediados y fines de la década del 90 no dieron la talla.
Es cierto que no habrá sido nada fácil insertarse en un circuito donde Federer, Nadal y Djokovic -sus ídolos de chicos- todavía estén batallando con una firmeza propia de leyendas. Probablemente, el haberlos enfrentado con cierto temor -el que puede tener cualquier que tiene enfrente a su ídolo- les haya jugado en contra tanto deportiva como mentalmente.
El tenis es un deporte en el cual la mente es determinante, inclusive suele utilizarse el término “estar quemado” cuando la cabeza no responde como debería y es muy probable que toda esta camada se haya quemado al ver que el Big 3 no bajaba su nivel. Para colmo, cuando Roger y Rafa se retiraron y Nole empezó a ser terrenal, ahí fue cuando aparecieron Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, dos pibes nacidos en la década del 2000 que ingresaron a un circuito con el Big 3 a la baja y con la generación de los 90 quemada. Por su tenis, temperamento y jerarquía, se los terminaron llevando puestos.
80, 2, 9
Para analizar y comprender el tenis hay una herramienta que es muy valiosa y son las estadísticas, los números. La clara muestra que la generación de los 90 no estuvo a la altura fue que solamente dos Grand Slams fueron ganados por tenistas nacidos en esa década: Dominc Thiem y Daniil Medvedev. En contrapartida y a años luz de ventaja, los nacidos en los 80 conquistaron nada más y nada menos que 80 títulos de Grand Slam, por su parte, los nacidos en los 2000 -Alcaraz y Sinner- ya llevan 9 Majors ganados.
¿Pueden revertir la situación?
Lo hecho, hecho está. La generación del 90 no puede hacer nada para volver el tiempo atrás. La nueva camada, con Sinner y Alcaraz a la cabeza, pero con Shelton, Fonseca y Musetti como grandes exponentes de los nacidos en los 2000 prometen ir por todo. Lo que le queda a los Zverev, Medvedev, Tsitsipas, Ruud, Shapovalov y Rublev es intentar cambiar el chip, elegir bien los torneos donde jugar, aspirar a tener partidos perfectos contra los nuevos reyes del circuito y seguir soñando con ganar un Grand Slam, pero lo que es un hecho es que muy probablemente no pasen a la historia.
