Y después dicen que la hinchada no juega. Que el futbolista numero 12 no juega. Están equivocados, y Boca lo demostró una vez más. Claro que juega. Hoy el hincha de Boca convirtió el Hard Rock en La Bombonera. Fue conmovedor y emocionante. La gente jugó su partido y llevó adelante al equipo, que sufrió en el primer tiempo y la pasó verdaderamente mal.

Boca fue muy superado por el Bayern en la primera parte y un poco que pinchó el globo. Nos despertó del sueño que teníamos todos los sudamericanos, que tenían todos los brasileños, los argentinos, los hinchas de Boca y de River.

El equipo de la Ribera la pasó muy mal en la parte inicial, pero se fue con vida, algo que ayudó a que en la segunda parte se vea un equipo totalmente distinto. Boca se despertó de ese sueño y sacó el partido adelante, además de que los alemanes no fueron esa maquinita de la parte inicial. Y así fue como llegó el empate.

El partido quedará en la historia por la fiesta inolvidable de los hinchas de Boca. Quedará en la historia por el gol inolvidable de Merentiel. ¡Qué golazo hizo Miguel! El mismo tipo que hizo el gol en el Monumental con River y en el debut del Mundial de Clubes.

Pero después llegó el fatídico minuto 83. Ese minuto 83 de mierda. Minuto en el que te empata Otamendi contra Benfica y en el que te lo gana Olise contra el Bayern. Los alemanes fueron mejores, pero la realidad es que Boca hoy podría tener 4 puntos: tres contra Benfica y 1 con el Bayern. Lo justo sería que tenga 3, por el triunfo con los portugueses.

La realidad marca que tiene un solo punto, y que con este panorama, está muy chiva su clasificación a octavos. Se la juega toda el martes contra Auckland.