Si bien en la actualidad, el circuito femenino tiene como principales protagonistas a Iga Swiatek, Aryna Sabalenka y Coco Gauff, hace algunos años apareció Simona Halep, una rumana que estaba dispuesta a quedarse con todo. Fue semifinalista del US Open en 2015, llegó al número 1 del ranking en la WTA en 2017, hizo final del Abierto de Australia en 2018, ese mismo año ganó Roland Garros y en 2019 hizo lo propio con Wimbledon. Estaba destinada a marcar una época, pero entre lesiones y una sanción por doping positivo la alejaron de las canchas y la hicieron retroceder más de mil puestos en el ranking.
Nacida en Rumania -país de gran tradición tenística- en 1991, Simona Halep tuvo sus mejores años en el tenis entre 2014 y 2021. Justamente allí comenzó su debacle. Una lesión en una época clave de la temporada -en el Masters 1000 de Roma- hizo que salga del top 10, su regreso no fue el esperado y en octubre de 2022 recibió una durísima sanción por haber dado positivo en un control antidoping.
Apelación y reducción de pena
En septiembre de 2023, se confirmó la sanción de cuatro años sin poder jugar, algo que se le imposibilitaba desde el descubrimiento del consumo -accidental- de Roxadustat. Simona Halep concurrió al TAS para reducir la pena y lo consiguió, la cual pasó de cuatro años a nueve meses. Pero en el alto rendimiento estar afuera de las canchas por tanto tiempo se siente.
Regreso a las canchas
En marzo de 2024, Simona Halep regresó a las canchas para jugar en el Masters 1000 de Miami, certamen al cual fue invitada mediante una wild card. En aquella oportunidad, la rumana cayó ante Paula Badosa, una de las españolas que realizó un gran 2024. Luego se presentó en París, pero también cayó en primera ronda, por lo que decidió volver a parar y prepararse de la mejor manera para regresar. Así lo hará el próximo miércoles en el WTA 125 de Hong Kong, allí se verá las caras con Arina Rodionova. La intención de la rumana es volver al ruedo y así encarar un 2025 en el que espera regresar a los puestos de vanguardia.