Se terminó la espera: arranca la era de Fernando Gago en Boca. Luego de casi 6 años, Pintita vuelve a saltar a un campo de juego para defender la camiseta de su club, ahora en el rol de entrenador. En el medio, un equipo que tiene un 2024 irregular y la obligación de sacar resultados.
Es la sexta elección de DT en la gestión de Juan Román Riquelme (4 como vice, 2 como presidente), en lo que muchos consideran que viene siendo su gran déficit. Combinando la espalda de Battaglia e Ibarra, con la experiencia de Almirón y Martínez, esta parece ser la carta más fuerte del 10, a la par de la decisión de haber llevado a Miguel Ángel Russo cuando inició su mandato.
El director técnico tiene importantes desafíos en el corto y mediano plazo. El escenario no es el ideal, porque sus futbolistas vienen de perder 3 de 4 partidos (ganó la fecha pasada ante Argentinos con Mariano Herrón como interino), entre ellos, dos clásicos. A continuación, 5 claves para que el ciclo de Pintita vaya por buen camino.
1 – Por sobre todas las cosas: ganar
Por más lógico que suene, Boca tiene urgencias y Gago lo sabe. Ya lejos en la Liga Profesional, el Xeneize debe sumar para meterse en la próxima CONMEBOL Libertadores por la tabla general y no volver a quedar en zona de Sudamericana. La otra vía no es nada más ni nada menos que la Copa Argentina, donde el equipo está a 3 partidos de ser campeón. Una chance de oro para arrancar con el pie derecho.
A pesar de haber sido el mejor en la tabla general con Racing en 2022, Pintita no es de esos entrenadores conocidos por ser “sacapuntos”. En sus 3 clubes anteriores, el DT necesitó varios encuentros para conseguir rachas de victorias y no contará con esa paciencia en Brandsen 805. Por eso, deberá sumar de a tres rápido y como sea.
2 – Imponer su estilo de juego
Si bien en la historia de Boca siempre se puso por encima el resultado, está claro que Gago llegó al club por la forma en la que tienen de jugar sus equipos. En el medio de la urgencia, el estratega buscará ponerle su sello al funcionamiento del Xeneize, que tuvo picos altos y bajos de rendimiento con Diego Martínez.
“Los equipos con los que Boca salió campeón en Copa Libertadores, a nivel nacional o a nivel mundial, lo lograron porque jugaban bien. Y nosotros queremos jugar bien. Yo tengo una idea y la trato de llevar a los entrenamientos y a los partidos. Hay algo que es innegociable: hay que correr y jugar”, declaró el DT en su presentación. Su desafío es cumplir.
3 – El manejo con los referentes
Para que todo fluya puertas adentro, será vital que Gago defina a los líderes de su Boca y resuelva las situaciones que tienen muchos de los actuales referentes del plantel. Ya en sus primeros entrenamientos, se conoció que Sergio Romero, Marcos Rojo, Frank Fabra y hasta Pol Fernández tendrán oportunidades pese a no tener la aprobación unánime de la gente.
El DT peleará hasta fin de año con todos los jugadores que tiene a disposición y luego deberá ver si continúa con esos experimentados o rearma el vestuario. La armonía será clave para su trabajo. Sin ir más lejos, el Boca de Martínez empezó a caerse cuando el entrenador tuvo cruces con Benedetto.
4 – Recuperar jugadores de bajo rendimiento
De la mano con lo de los referentes, Gago tiene la tarea de sacar la mejor versión de varios jugadores que no atraviesan un gran presente. Además de los ya mencionados experimentados, hay lugar para muchos que aún no dieron la talla o que hace mucho tiempo no responden.
Ahí habra lugar para Exequiel Zeballos, Brian Aguirre y Lucas Janson, teniendo en cuenta que a Pintita le gusta jugar con extremos. También entran Ignacio Miramón (será su 5 en el debut), Tomás Belmonte y Agustín Martegani. Todos futbolistas que arribaron y generaron expectativa.
5 – Imponerse en el mercado de pases
Mucho se habló de los últimos mercados de pases y de si los jugadores que llegaron eran por gusto del Consejo de Fútbol o del entrenador de turno. Lo cierto es que, con los objetivos que tendrá Boca en 2025, será fundamental que Gago arme un equipo a su medida con los jugadores que él quiera.
Si hace las cosas bien este año, la próxima temporada tendrá a Boca obligado a competir en la Liga Argentina, la Libertadores y el Mundial de Clubes. Con su espalda (mucho más grande que la de sus dos antecesores), el técnico tiene con qué presionar para conformar su plantel.