Para mí, con salvar del descenso a Huracán y llegar a una final de la Copa de la Liga con Tigre, no alcanza para ser técnico de Boca. La vara para ser técnico de Boca hoy está bajísima. Antes, Carlos Bilardo y César Luis Menotti tuvieron que ganar un Mundial, Coco Basile tuvo que levantar dos Copas América, Carlos Bianchi había sido campeón del mundo contra el Milan con Vélez. Recién ahí te daba el currículum para ser técnico de Boca.
Vamos a los conocimientos de Martínez. En las conferencias chamuya, se hace el Bielsa, habla divino, de bandas, de entrelíneas, pero en cuatro fechas lo más ingenioso que se le ocurrió fue poner a Advíncula de 8, que era lo que hacía Almirón.
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Entonces yo también puedo empezar a dudar de la originalidad táctica de Martínez. Un tipo que te pone en la primera fecha a Pol, Campuzano y Ramírez, ¿qué es lo que entiende de fútbol?. El otro día lo puso a Frank Fabra cinco minutos contra Defensa y Justicia para que lo puteen. Se le escapó la tortuga.
Y tiene otro problema Martínez, no tiene espalda para discutirle a Riquelme. Si Riquelme le dice vienen Kevin Zenón, Cristian Lema y Lautaro Blanco, ¿cómo hace él para decirle que alguno no le gusta?
A mí me parece que el 25 de febrero, Martínez tiene la oportunidad para demostrar que es un técnico a la altura de Boca, en la cancha de River, en el Monumental, jugando como un equipo grande, pasando la mitad de cancha como no hizo el Boca de Almirón el año pasado. Vamos a ver si aprueba o no el examen.