Hoy. Mañana. Por unos días más el dolor estará a flor de piel. Haber estado por primera vez tan cerca de un objetivo tan especial seguramente será una de esas espinas clavadas que costará sanar. Con el tiempo, Boca sabrá que hizo historia. Que escribió una página inolvidable para el fútbol argentino. Recordará que eliminó al campeón vigente, que jugó una gran final ante un país que es potencia en el continente, que cada apellido quedará grabado en (azul) y oro. Y la derrota, además, se transformará en motivación: se puede más, siempre.

Las Gladiadoras cayeron 4 a 1 ante Palmeiras que, pese a que Brasil se quedó ya con 11 de las 14 Libertadores femeninas jugadas, nunca se había coronado. Boca jugó, como en toda la Copa, un partido inteligente, táctico, con respeto hacia el rival pero tratando de potenciar las características que lo llevaron a esta final.

EL PARTIDO

Arrancó perdiendo y reaccionó. A los 5 minutos, Ary Borges convirtió el 1 a 0 pero Brisa Priori, luchando la pelota con Jully y gracias a la intervención del VAR (ya que la jueza había cobrado offside), fue la que convirtió el empate a los 13 del primer tiempo. Desde ese momento, Boca se adelantó unos metros en el campo y logró controlar la pelota con criterio, llegando con Priori, con Huber, con Yamila Rodríguez.

Pero otra vez de arranque, en el complemento, volvió a pegar Palmeiras: primero, a los 4 del segundo, con Byanca y luego Polyana convirtió el 3 a 1 para poner el resultado que terminó siendo el definitivo. Ya en el final, con el equipo buscando el descuento, llegó el 4 a 1 para Palmeiras, nada menos que de Bia Zaneratto, figura de la Selección en la última Copa América que Brasil ganó.

LA CAPITANA PRESENTE

Para ingresar la Copa al campo de juego, hubo una presencia especial para Boca: su ex capitana Florencia Quiñonez, quién se retiró en el 2021 luego de celebrar el supercampeonato para asumir como DT en la Sub 17 y Sub 15 de AFA.

APENAS EL PRIMER PASO

Boca cayó en la final, se llevó el premio monetario de 500.000 dólares (cifra que se determinó a partir de esta edición), pero ya tiene asegurada su presencia en la próxima Libertadores, la 2023, por haber sido campeón local en el 2022.

La revancha llegará rápido, en Colombia, en octubre del año próximo. Si bien parece demasiado lejano en el tiempo, lo cierto es que luego de este hecho histórico para el fúbtol argentino, el respeto de los rivales para con los equipos nacionales cambió. De hecho, sus rivales de esta Copa contaron que lo analizaron y estudiaron gracias a que todos los partidos de Boca fueron transmitidos por TV. 

Foto: CONMEBOL

Foto: CONMEBOL

Este paso de Boca en la final, ser el primero como ocurrió con el equipo masculino en 1963 cuando cayó ante Santos pero escribiendo la historia siendo el primer equipo argentino en jugar lo que en aquel momento era la Copa de campeones de América (luego renombrada Libertadores), cambiará para siempre la mirada hacia esta competencia de parte de los equipos argentinos y el respeto de los rivales por los clubes nacionales.

Hoy dolerá. Mañana seguro también. Algún día recordarán la final con una sonrisa y el pecho inflado por haber hecho historia.