En cuestión de horas, Ricardo Zielinski será presentado formalmente como el nuevo entrenador de Independiente en un clima turbulento tanto a nivel deportivo como institucional, para comenzar a cerrar una semana que comenzó con la renuncia de Fabián Doman a la presidencia y en la que el club recibió una nueva demanda millonaria.
Se cree que el Ruso asumirá la gran responsabilidad de dirigir al equipo ya desde el próximo domingo, nada menos que en el clásico ante Racing , equipo al que ya condujo en el pasado y del que tuvo una salida repleta de polémica, con sospechas de que los referentes del plantel de aquel entonces tuvieron que ver en la decisión.
Zielinski, incluso, sabe que fue resistido por un importante número de hinchas de Independiente por pregonar un estilo futbolístico que, argumentaron, está muy lejos del paladar del club. Claro que las circunstancias y lo que ha demostrado el equipo en los últimos años también es muy lejano a esa idea que tan bien supo defender Ricardo Bochini con la pelota al pie.
En relación a esa cuestión ideológica y antes de asumir un gran desafío en el Rojo, el entrenador hizo una reflexión cuanto menos curiosa, que involucró también a uno de los equipos con mejor actualidad a nivel mundial: “Mi idea en todos los lugares fue la misma:tratar de ser protagonista.Dependerá de la condición en la que los jugadores se sientan mejor. Si se sienten bien presionando arriba, presionaremos arriba; si no, presionaremos en el medio. Y si no, tiraremos al equipo en una línea más baja.A todo el mundo le gustaría jugar como el Manchester City, pero cada uno de esos jugadores cuesta 100 millones de euros“, dijo en diálogo con Radio La Red.
Y explicó: “No tiene sentido que uno vaya con una idea si no tienelos intérpretes. Lo que pasa que en la Argentina hay temas que todavía se siguen discutiendo y en el mundo ya no se discuten.En el mundo, si Guardiola tiene que defender, defiende; si tiene que atacar, ataca.Siempre tratamos de trabajar en el orden, con mucha gente en ataque, y tratar de pasar la línea de la pelota en la medida en que todo el mundo asuma un compromiso cuando la tenemos y también cuando no”.