“Yo tengo tres cosas que tiene que tener el hombre, ¿no? Escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol. Yo escribí un libro, me fui al carajo con los hijos, tengo seis, y me fui al carajo, planté dos árboles. Dos. La verdad es que soy único”. Lo dice y se ríe. Siempre se ríe. Y gesticula. Se nota que está disfrutando de este momento, de su vida hoy. Claudio García parece haber vivido muchas y sobrevivió para contarlo. Y compartirlo.
En un ratito va a grabar un capítulo más de su streaming, los invitados están por llegar al estudio/hogar de La Boca, un departamento amplio desde donde se ve la Bombonera y que en la terraza ya se siente el calor de la parrilla. El Turco es un anfitrión de esos que ni siquiera se sienta en la cabecera. Habla y escucha lo que los invitados tienen para contar.
Él tiene mucho. Por eso en 2017 decidió publicar un libro. Uno que recorre su vida y su carrera desde sus inicios y se mete en el barro de la droga y su adicción a la cocaína. Y aunque el relato impacta por lo crudo -y también por vivir para contarlo- dice que aún queda mucho por decir.
“El libro, lo que tiene bueno, es que un libro de un futbolista, pero no es toda su carrera futbolística. Es de cuando arranqué en Fiorito, en Lugano, cuando estaba bien jugando, cuando agarré la adicción de la cocaína. Y después la recuperación. Por ahí vamos a hacer algún documental o algo, porque en el libro conté la mitad, la otra mitad falta. Y está buena, ¿no? Y quisiera actuar yo en algunas partes también”, dice en la charla exclusiva que tuvo con BOLAVIP.
-¿A quién ves cómo actor para hacer del Turco?
-De la Serna, justo. Es el ideal.
El Turco elige a Rodrigo De la Serna para que lo interprete en su miniserie o película.
Lo dice, se ríe, bromea con su amigo Gustavo, el parrillero. Pero habla en serio. La idea de tener un programa propio nació después de su paso por Masterchef y el Hotel de los Famosos: la TV abierta conoció a un Turco más allá del fútbol, un personaje increíble repleto de anécdotas y con una capacidad única para contarlas.
“Antes de pegar en Masterchef me conocían chicos de 30 para arriba y más futboleros. En Masterchef me empezó a conocer gente grande, nenes que no sé porqué me conocían porque era un programa de cocina. Después del Hotel (de los famosos) y hoy con el canal que tengo, Lo del Turco por La canchita TV, yo creo que eso me hizo que me conozcan todas las generaciones, así que me veo tranquilo y contento”. Su rostro se transformó también en meme y sticker de Whatsapp. Lo sabe y lo disfruta.
El Turco se convirtió en meme y sticker de Whatsapp. Imagen Masterchef.
-¿Te considerás una celebrity?
-No, sinceramente no. Soy una persona que tiene la suerte de que la gente lo quiera, de hacer divertir a la gente. Lo hice en la cancha y hoy lo hago a través de un asado con amigos y gente, entre comillas, famosa. No me creo celebrity, ni nada. Me siento uno más, un argentino más que tuvo la suerte de jugar de fútbol, hacía algo que le gustaba.
Su relación con la droga
Hace 14 años que trabaja en la captación de talentos de Racing. También se acerca una vez por semana a la Fundación Eira que ayuda a personas con adicción a recuperarse. En febrero, acota, se cumplieron 16 años desde aquel día en el que decidió recuperar su vida.
En Racing trabaja en la captación de talentos hace 14 años. Hace 16 que está limpio.
-Hay gente que pasó por las adicciones y les cuesta hablar. Vos te metiste en el pozo, hablaste, contaste.
-Yo de las dos formas lo hubiera contado. Si hubiera estado mal como estaba, lo hubiera contado para que la gente que está mal sepa que va a estar como yo, o peor, y es la muerte. Y si tuve la suerte de salir… Dije ‘voy a contarlo’ porque no soy un ejemplo pero si puedo ayudar a alguno… El camino éste es el que agarré yo y me fue bien. No le voy a decir ‘éste es el camino’.
-Empezaste post etapa de jugador. Tuvo que ver… (interrumpe)
-No sé, no sé. Mirá que tomé de grande. Yo empecé a los 39, 40, hasta los 44. Te agarra de grande, por ahí es más difícil pero también es más fácil cuando tomás la decisión de dejar. Porque tenés una familia, tenés nietos. En cambio un pendejo es más fácil que lo agarre y se le hace después más difícil. Porque salís, sos jovencito, vas a verla, tenés todo ahí todo el tiempo.
-¿Cómo pensás que se está abordando?
-Mirá (Ezequiel) Lavezzi. La droga es para cualquiera. Estoy contento de que está mejor, que va a salir. Porque yo siempre digo, si salí yo, puede salir cualquiera. Yo era un desastre. Tenés que tener el acompañamiento de la familia, de los amigos. Después, hay un montón de cosas alrededor que te llevan a que vos puedas recuperarte mucho más rápido.
-¿Te gustaría ayudar?
-Ayudar en el fútbol… Estoy ayudando, no voy a dar los nombres, pero estoy ayudando a chicos que tienen problemas de adicción y estuve ahí siempre con ellos.
-Te habrán ofrecido de joven igual, me imagino.
-Sí, miles de veces, pero el fútbol para mí era la vida, no había ninguna posibilidad.
La tapa del libro que publicó en 2017. Editorial Planeta.
-¿Será porque dejaste el fútbol? Te agarró después.
-Puede ser eso. Al año (de dejar de jugar), por más que tengas plata o no tengas, ya empezás a tener otra vida, porque lo nuestro es muy sistemático. Te levantás a las 7, empezás a entrenar, llegás, almorzás, dormís la siesta. Entonces, no es fácil.
-¿Te sorprende que no te haya pasado algo más grave, que no te hayas muerto en el camino?
-Sí, pero a la muerte no le tengo miedo, le tengo miedo a la vejez. A la vejez de verdad, te digo. Viste que te dicen ‘¿cuánto quierés vivir?’ ‘y hasta lo 100’. A mí, lo que Dios diga, pero bien, no depender de nadie. ¿Para qué querés vivir 100 años y no ves, no comés, no hacés un carajo? Entonces, prefiero vivir lo que tenga que vivir, pero bien. Y siempre digo: quiero vivir como un rico, en el buen sentido… de los asados, de mis amistades y todo. Y morir como un pobre. Que no quede nada, me gasté todo yo. Mis hijos están todos bien. Yo la que tengo, poco o mucho lo gasto porque después cuando te están velando se están peleando. Lo he visto en velorios, que se están peleando las familias por las cosas… y todavía no le habían cerrado el cajón al chabón o a la chabona. Conmigo no se van a pelear. Soy feliz de todo lo que estoy haciendo, de lo que hice. Entre comillas no me arrepiento de nada porque las cosas que me pasaron malas las puede volcar para ayudar a gente, así que no me arrepiento de nada. No miro para atrás, sí por el espejito retrovisor para no volver a cometer los mismos errores.
LA ENTREVISTA COMPLETA CON EL TURCO GARCÍA EN BOLAVIP
Su relación con el Rojo
-¿Los hinchas de Independiente te reconocen por esta nueva faceta o siguen recordando el gol con la mano o el Turco que se bajó los shorts?
-Yo soy de contestar, a la noche antes de irme a dormir, me tomo una hora y le mando un mensaje a los que me escriben y los que comentan. Gente de Independiente me dice ‘yo no sé cómo te puedo querer tanto y ser hincha de Independiente’, cosas así, ¿no? La verdad que hay buena onda.
Dice que tiene camisetas guardadas de Percudani, del Rolfi Montenegro. A diferencia de su excompañero y DT de Racing Gustavo Costas, que no quiere nada de color rojo cerca…
“Gustavo no es para vender humo, eh. Lo que dijo es verdad porque yo fui compañero de él y él mío. Gustavo no come tomate, porque es rojo.
No se siente en una silla porque es roja. Creo que si hace el amor, si tiene una tanga roja, no hace nada, le pone un calzoncillo. Pero es así, no es que lo hace para vender humo”, dice entre carcajadas. “Es un chico que quiere al club, ama Racing, eso te lo puedo garantizar”, agrega.
Un 2 de octubre pero del 92, García le hizo un gol con la mano a Independiente, en uno de esos clásicos inolvidables que le dio a Racing el pase a los cuartos de final de aquella Supercopa. Al año siguiente, en otro clásico, un 31 de octubre del 93, el delantero se bajó los pantalones de espaldas a la tribuna del Rojo. Fue 1-0 con gol del recordado Adrián De Vicente.
“Cuando me bajé el pantalón en el clásico, que era para dar un colorido. Empezaron ‘olelé, olalá, el Turco se la come, Perico (Hugo Pérez) se la da’. Y yo le digo ‘ahora vas a ver, me voy a bajar los pantalones y se mueren todos’, y me bajé los pantalones, pero para darle un colorido”, dice.
El día que se bajó los pantalones. Foto: El Gráfico.
“Yo creo que si yo cuando me bajé los pantalones, o hice el gol con la mano lo hubiese hecho esta época sería más terrible. Porque hay sanciones, hay mucha más violencia. Pero ese día que me bajé los pantalones es como un folclore del fútbol. No les falté respeto, porque si les quería faltar respeto me hubiera bajado hasta el slip, no fue así”, analiza.
-¿Alguien podría hacer hoy algo como lo que hiciste vos?
-No, ni el gol con la mano, ni el gol que hizo Diego con la mano, ni que me bajé los pantalones, era otra cosa. Hoy está todo más robotizado. Hoy los jugadores hablan así (se tapa la boca), parecen León Gieco con la armónica. Si no, no tienen privacidad, por eso tienen que hablar así.
-¿Te gustaba más el fútbol de antes, ese que era más pícaro?
-No, el fútbol me gusta en todas las épocas, no hay que compararlas. Con el VAR se pierde la picardía del potrero. Te hace perder un partido pero también te lo puede hacer ganar. Según cómo lo tome y según la honestidad y la capacidad que tiene el del VAR.
-¿Te gusta el VAR?
-Yo jugué en otra época, por ende me gusta más lo otro, pero, bueno, las cosas van cambiando.
Sus títulos con la Selección
-¿Cuál fue la mejor Selección de la historia?
-Y para mí las tres que ganaron mundiales. Las tres. Si me hacés elegir una, por lo que fue, por lo que se necesitaba, porque el país estaba mal y por todo lo que estábamos pasando y por lo que sufrió, está la de Messi. Porque creo que él hubiera dado todo, todo, por ganar el Mundial y dejar todo, la plata, todo.
García abrazando a Batistuta tras obtener la Copa América 93, la última hasta la del 2022.
-¿Qué lugar ocuparían las selecciones que integraste vos, del 91 y del 93?
-La del 91 primero, porque lo ganamos en Chile, en un país que nos trató muy mal, no nos dejaron dormir. La verdad la pasamos mal. No tiene nada que ver con el pueblo chileno, el pueblo futbolero, digo. Y el 93 también, fue en Ecuador,. Fueron dos campeonatos que ganamos muy difíciles.
Cuando se presenta, lo primero que cuenta son aquellos títulos. “Turco García, ex jugador de fútbol. Haber podido ganar dos Copa América en 1991 y 1993, ese mi orgullo“, dice con el pecho inflado. Agrega que su cuenta pendiente fue jugar un Mundial con la Mayor, pero una lesión 21 días antes del Mundial 94 se lo impidió.
Sin embargo, y pese a que son su orgullo, el exHuracán elige otro hito en su carrera: el gol que le hizo a los ingleses nada menos que un 25 de mayo, en 1991, en un amistoso que se jugó en Wembley. Tras ir perdiendo 0-2, el Turco metió el descuento de cabeza para el 2-2 final. Aquel grito lo marcó.
“Es loco lo que te voy a decir… Tengo más recuerdos en la mente y lo que más me hizo feliz fue el gol a los ingleses en Wembley. Si me decís lo cambiás por los dos títulos de la Copa América, sí, porque fue como darle algo a los excombatientes de Malvinas, que ellos dieron un montón, que es la vida. Y a los familiares y todas esas cosas que hoy los tienen olvidados y bastante. Y aparte también era la clase 63 la que me hubiera tocado a mí si no hubiera sacado un número bajo. Eso me quedó más en la mente y me ha quedado para toda la vida más que haber ganado las dos Copas. Si me decís que cambiás, eso”, sorprende.
-¿Pensaste en eso en el momento en el que hiciste el gol o caíste después?
-No, cuando hice el gol. Dije ‘gol, ingleses, y la reconcha de su madre’, jajaja.
-¿Te llevaste un pedacito del césped de Wembley de aquel partido?
-Sí, igual lo tiré a la mierda, me importó un carajo el césped de los ingleses, para nada. Lo tiré, me importó un carajo, creo que ni lo llevé, ni llegó al avión, me lo olvidé en el hotel. ¿Para qué quiero el césped ése de mierda? dije. Y lo tiré a la mierda.
No guardó aquel pedazo de césped que le dieron a cada jugador después del partido, pero sí otros recuerdos. Sus medallas con la Selección, camisetas varias que hoy se reparten sus hijos. Y dos en particular que conserva de manera especial. Claro, de Messi y de Maradona.
-¿Qué camiseta es la que más apreciás o la que mejor recuerdo te trae?
-La 18 de Messi y la del Diego. La del Diego. Tengo un montón de camisetas que hoy tienen mis hijos en la vitrina, las acomodan.
-¿La de Messi por qué? ¿En qué momento se dio?
-La de Messi fue cuando estaba con la 18. Fui al predio de La AFA y me la dio. Yo tengo una amistad con el Chiqui (Tapia). Cuando voy lo veo, no jodo nada, me saco una foto, por ahí llevo a alguno de mis nietos para que se saque algo.
-¿Cuándo se cruzaron, te reconoció, hablaron de algo?
-No sé, yo creo que sí, pero… No sé, porque Leo es con todos así. Un conocido o no conocido va y lo saluda o le dice ‘hola’. Es así con todos, así que no es que cambia la forma de ser por que sea conocido.
Su relación con Maradona
Con Diego tuvo una amistad. Recorre esos tiempos en su libro. Los dos nacieron en Villa Fiorito, el Turco vivió a seis cuadras de la casa de Maradona. Y aunque no llegaron a cruzarse, la vida se encargó de unirlos. Los unió, además, una adicción a la cocaína que, a la larga, al Diez le terminó costando la vida.
“La foto más linda que tengo”, dice cuando la ve. Maradona y el Turco en Mar del Plata.
“Esa era la foto más linda que tengo. Recuerdo cuando él era técnico de Racing que lo llevo yo”, dice apenas ve la imagen del debut de Maradona como entrenador de Racing, allá por el 95. El primer partido fue ante Independiente, en Mar del Plata. “La camisa de Versace tenía el Diego”, agrega.
-¿Cómo es que lo llevaste vos a Racing?
-Hice una reunión con Destéfano (presidente de Racing), le dije “Juan, tenés que traer a Diego acá”. Estábamos mal. Y me dice “nos van a matar todos, si es bostero, Diego”. Si es bostero, no es bostero, si lo quiere todo el mundo. ‘¿Y cómo lo pagamos?’ Y se va a pagar con el tema de las pancartas atrás, viste, las publicidades, después se empezaron a hacer más esas cosas y se pagó. Duró poco, pero… Era mi ilusión.
-¿Y cómo fue tenerlo a Diego de técnico?
-Para mí fue normal, porque yo estaba con él. Diego tenía una cosa que entraba a un lado y parecía como algo que te mueve el cuerpo, el alma. Y bueno, los pibes anonadados, ¿no? Lo miraban, la verdad lo disfrutaron mucho.
-¿Y qué te quedó a vos de él como entrenador?
-No, no… La amistad. La amistad que teníamos dentro y fuera de la cancha.
-¿Y te quedó alguna anécdota particular?
Y, no se pueden contar ninguna. Me quedaron todas hermosas, no las puedo contar.
Foto IG Turco García.
-¿Lo extrañas, el Diego?
-Sí, sí. Yo creo que no tenía que haber muerto así. Mucha gente decía ‘qué mal que está Diego, en cualquier momento no está más’. Y después, cuando pasó lo que pasó, la gente no lo podía creer, decía ‘no, no puede ser, porque es inmortal’. Nadie es inmortal. Lo sabemos. Yo creo que sí se extraña.
-¿Se podría haber evitado la muerte del Diego?
-Seguro. Estuvo peor en Punta del Este que ahí, esto fue una gripe.
-¿Y cómo se entiende?
-No sé, ojalá que lo entienda rápido la Justicia y que no caiga ningún boludo, que caigan los que tienen que caer.
-¿Qué te pasa cuando preguntan por Messi y Maradona, qué te genera?
-Uno de Play, que es Messi, y el otro de barro, de potrero. Pero los dos son los dos más grandes. Los argentinos somos unos rompe bolas con las comparaciones… Tuvimos a Maradona, a (Alfredo) Di Stéfano, tenemos a Messi y tenemos al Papa. ¿Qué más queremos? Lástima que es Cuervo el Papa, pero no importa.
-Y al Turco García.
-Y al Turco García.
El Ping Pong del Turco
-Sin repetir y sin soplar, ¿en qué equipos jugaste?
-Huracán. De Huracán me fui a Vélez, de Vélez a Lyon de Francia, de Lyon de Francia a Racing, de Racing me fui a Colón, de Colón volví a Huracán, de Huracán a All Boys, de All Boys a Independiente Rivadavia de Mendoza, ahí es donde dejé de jugar. Bien. ¿Me acordé, eh? Y así como va. Y en orden. En orden. Perfecto.
–Orden de importancia de los cinco grandes.
-Los cinco grandes. Boca, River, Racing, Independiente y Huracán. Era obvio, je.
–Sorprende que pongas a Boca y River primero
-Es que yo no soy de Boca, pero no soy antiBoca. Lo mío es raro porque yo tengo el corazón partido. Racing-Huracán. Porque me crié ahí, porque soy hincha de Huracán y donde estoy trabajando, en Racing, que es la institución que me cobijó cuando yo estaba en mi peor momento.
-¿Entrenador que más te llegó?
-Eduardo Solari. No le fue bien en Racing, pero en seis meses no me repitió un entrenamiento.
Conserva una camiseta de Messi con el número 18, una rareza.
-¿Con el que nunca tuviste onda?
-No, con todos. La pregunta es muy suave, por no decir ‘el peor’. Siempre te dejan algo, lo que no tenés que hacer.
-¿Qué técnico te hubiese gustado tener en tu carrera?
-Al Turco Mohamed, que es más o menos de mi edad, pero si hubiera estado yo más chico y él de técnico me hubiera gustado, porque el Turco es un técnico que le gusta jugar bien el fútbol y alegre. Gallardo también, de esta época que lo estoy viendo que es un técnico de puta madre.
-Si tenés que definir al Coco Basile.
-Un padre futbolístico.
-¿A qué defensor te hubiese gustado enfrentar?
-A Marcelo.
-¿Y el peor que tuviste que enfrentar?
-Hubo dos defensores que yo no pude pasar nunca. Uno fue Tapón Gordillo y el otro Néstor Clausen. Y al que más baile, el Loco se va a poner mal, pero al Loco Enrique, que para mí fue uno de los mejores tres, pero yo siempre lo tenía de hijo. Cuando se la levantaba le decía “mírame la espalda”, lo cargaba.
-¿Qué compañero te sorprendió más?
-¿En qué sentido?
-En los dos.
-¿En la noche o…? El Puma Rodríguez y (Marcelo) Saralegui, la rompía en la cancha y en el boliche. Yo los acompañaba hasta la puerta y después los esperaba y me iba. Me contaron.
-¿Qué compañero te decepcionó?
No, no, ninguno. Ninguno, porque del que no esperaba nada nunca tampoco tenía onda. Pero yo no tuve problema con nadie porque siempre fui de frente.
-¿Alguien a quien le tengas que pedir perdón?
-A mi viejo.
-¿Por qué?
Porque él se murió sin poder verme bien como él quería, como me conoció cuando era pibe.
-¿Alguien que debería disculparse con vos?
-¿Alguien que debería disculparse conmigo? No, nadie. No.
-¿A quién no perdonaste?
-No, yo soy de perdonar. Soy de perdonar. Soy memorioso, no soy rencoroso.
Es bueno perdonar, si no te quedás con la bronca o sos igual que la misma persona que te cagó o te quiere pedir perdón.
-¿Qué cinco jugadores elegirías para armar tu equipo de fútbol?
-Al arco lo pongo al Mono Navarro Montoya, Maradona, Messi, Redondo, Batista y yo que soy el peor para hacer el gol. Yo soy el que traigo la pelota y los pantaloncitos, toda la ropa.
-¿Qué cuenta te quedó pendiente del fútbol? ¿Qué te faltó?
-Haber jugado en un mundial con la mayor, que… faltando 21 días me rompí el tobillo y me quedé afuera.
-¿Y a quién no le darías ni un vaso de agua?
¿A quién no le daría un vaso de agua? Al diablo.
-¿Qué te hizo diferente a los demás?
-Que yo nunca cambié. A mi no me cambio la plata ni cuando no tenía, ni el barrio, ni nada. Yo sigo siendo el mismo en la cancha, en las cámaras o en mi casa.
Foto: Archivo
-¿Es mejor tu programa o el de Azzaro?
-No, no tiene comparación, mejor es el mío, lejos.
-¿Cuál fue tu mejor compañero?
-El Puma Rodríguez, Saralegui, Cacho Borelli.
-¿En qué te sentías experto en la cancha?
-Y en tirar centros. Yo no era tan goleador. Y mirá qué loco, yo disfrutaba más cuando hacía una asistencia que cuando hacía un gol.
¿El vestuario más difícil que te tocó entrar?
-Cuando debuté en Primera, que estaba Houseman, Brindisi Avallay y Babington. Y yo me había sacado una foto con ellos en la falda en el 73 y a los seis años, en el 79/80 jugué con todos ellos.
El Turco en sus inicios en el Globo. Imagen Huracán Retro.
–¿Qué fue lo más sorprendente que viste en un vestuario?
–Y vi cosas sorprendentes, pero que no se podían creer. Elefantitis algo así, jajajaja. No, no, no. No se podían creer.
-¿Te amenazaron muchas veces?
Nunca. No, nunca.
–¿En qué cancha la pasaste peor?
-En ninguna. Disfrutaba en las canchas más difíciles.
–¿Y a qué estadio te gustaba ir?
-Al de Boca y al de Racing
-La peor puteada que le dijeron al Turco García.
-Para mí no fue la peor, fue la que me ayudó a… No en el fútbol, cuando no jugaba. La que me ayudó a seguir como estoy, que decían ‘falopero, te tendrías que haber muerto’, esas cosas que… La verdad, esa gente a mí me da fuerza para seguir así.
-¿Qué fue lo más raro que te tiraron en la cancha?
-Con un bastón. Sí, un señor encima hincha de Huracán. No sé qué mal habré jugado porque se quedó agarrado del alambrado pero me tiró el bastón.
-¿Cuál fue el dirigente más bravo con el que tuviste que negociar?
-Juan Destéfano, pero es el mejor.
-¿Y qué mito del fútbol desterrarías?
-¿Qué mito? ¿Si no fuese por el fútbol, muchos morirán virgen? Ja, pero ese no es un mito.
–¿Cuál es tu mejor meme?
-Los dos. Uno es de MasterChef, ¿no? A mí me hace feliz eso porque fue en la pandemia también, Masterchef. Por eso también fue para mí uno de los mejores. Y estaban uno de cada pueblo.