“No caí en lo que hice. No entiendo nada. Me llegan mensajes de gente que ni conozco”, confesó Luis Carballo en diálogo con La Red tras la viralización de su encuentro con Lionel Messi en plena carretera en Miami.

Fanático de Chicago, viajó junto a su familia a Florida con el objetivo de conocer tanto su ídolo como al de sus hijos. La idea de poder encontrárselo al capitán de la Selección Argentina nació mientras comía churros.

“El día anterior estábamos cenando en un local de churros y nos pusimos a charlar con el mozo sobre el crucero que había inaugurado Messi. Mi hijo se puso a googlear sobre el tema y cuando volvimos al departamento dijimos: ‘Mañana vamos al entrenamiento”, contó Luis en el inicio de la entrevista.

Luis Carballo, fanático de Chicago, pudo conocer a Messi. (Imagen: Facebook)

Luis Carballo, fanático de Chicago, pudo conocer a Messi. (Imagen: Facebook)

Sin saberlo, Carballo y su familia se cruzaron con Messi en las instalaciones de Inter Miami. “Llegamos al entrenamiento y nadie te decía si el equipo estaba entrenando. Entonces nos pusimos a caminar por el costado del predio, donde había un aeropuerto, y dijimos: ‘Bueno, si no hay nadie volvámonos”. Cuando volvemos pasó una camioneta a 200 km/h, era de color gris. Después de eso terminamos entrando a la tienda oficial. Pensábamos que él iba a salir y nos iba a firmar las camisetas, pero nada de eso pasó”.

Cómo una historia de Suárez en Instagram cambió todo

Minutos más tarde, a Luis se le prendió la lamparita y encontró la pista fundamental para saber si Messi estaba en el predio. “Creo que Luis Suárez había subido una foto en Instagram festejando su cumpleaños en el entrenamiento. Pensé: si está Suárez, también está Messi. Inmediatamente hablé con uno de los guardias de ahí y me dice que la camioneta se había ido rápido hace un rato. Al final era la camioneta que me crucé antes”, reveló.

El festejo de cumpleaños de Suárez en la práctica de Inter Miami.

En este punto de la historia aparece un personaje clave para que la firma de Leo se haga realidad. “En la tienda me puse a hablar con un chico de Costa Rica y le digo: ‘¿No tenés un fibrón?’ Y me lo regaló. Todo esto es por el chico de Costa Rica eh, que me regaló el fibrón”. ¡Un fenómeno!

A continuación, llegó el primer encuentro de la Pulga con la familia Carballo. “A eso de las 12, sale Lionel y saluda. Yo le grité ‘Leo’ y me levanta la mano desde el lugar donde entrenaban. Cuando sale con la misma camioneta que había pasado a toda velocidad por al lado del aeropuerto, le digo ‘Dale Leo, por favor’. Solo me levantó la mano y era entendible. Mi hijo, fanático de Messi, estaba mal porque no habíamos logrado lo que fuimos a hacer”, contó Luis. Parecía ser el final más triste para esta historia, pero afortunadamente no concluyó así.

Argentinidad al palo: lo siguió a Messi con su camioneta

Fue allí donde la argentinidad se impuso. “Subí a mi camioneta sin decirle a nadie. ¿Qué hace un argentino? Encara para donde fue Messi. Lo haría cualquiera. Agarré el mismo callejón que agarró Messi y mi cuñado me dice: ‘Che, este callejón no termina en ningún lado. No sea cosa que lo encontremos’. Yo le digo: ‘No, pará Matías. Es imposible”, relató sobre aquel momento que lo encontraba en la ingenuidad.

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La persecución dio sus frutos, porque allá estaba Lionel. “Llegamos al primer semáforo. Acá en EEUU está permitido girar a la derecha cuando está en rojo, cosa que todavía no entiendo mucho. Iba a doblar a la izquierda, pero doblamos a la derecha mientras peleábamos con el GPS. Mi cuñado me dice: ‘Luis, ¡allá hay una camioneta gris!”. Cruzamos una vía y ahí estaba la camioneta en un semáforo. Me acerco y ahí perdí noción de todo”, contó.

Finalmente, el cruce que todos vimos se dio. “Lo veo que estaba Lionel con el teléfono y le grité: ‘Leo, por favor firmame la camiseta. Mi hijo también bajó el vidrio de atrás, Messi lo vio y bajó su ventanilla. Cuando le digo que me firme la camiseta, Leo levanta la mano como diciendo ‘¿Cómo te la firmo?’. Después es todo lo que se ve en el video: le revoleo la camiseta y el fibrón que me dio el de Costa Rica. La gente en Twitter decía: ‘¿Cómo le vas a revolear el fibrón?’. Es lo que me salió: le dije boludo, le dije pibe y es todo lo que se ve en el video. Lo amo”, sentenció Carballo con la misma emoción que en aquel momento.

Según reveló Luis, Messi podría haber autografiado cualquiera de las casacas que se llevó a Florida. “Cacé cualquier camiseta de las que había. Podría haber sido la del Inter Miami, la de la final que le ganamos a Francia y la de Chicago… agarré la de la final con Brasil en la Copa América, la que rompió todo tipo de mufa que teníamos. Se dio todo”, concluyó. Lionel humano, el mejor Lionel de todos.