Tras retirarse del fútbol a los 18 años para dedicarse a estudiar informática, Miguel Rondelli decidió meterse de lleno en el curso de entrenador para comenzar a trabajar en las infantiles de Vélez, y desde allí dar sus primeros pasos en el profesionalismo.
En diálogo con Bolavip, el ahora entrenador del Cusco FC de Perú hizo un repaso sobre su carrera, contó los secretos del buen trabajo del Fortín en inferiores. Además, se refirió a la gran campaña que hicieron en la última temporada, y su paso en falso en un grande de Sudamérica, como lo es Emelec de Ecuador.
Su preparación para ser entrenador
Luego de un paso por las inferiores de Vélez, Rondelli comenzó a jugar en clubes del Ascenso como Lamadrid o All Boys, hasta que a los 18 años decidió colgar los botines para ser entrenador, aunque no pudo arrancar el curso hasta los 25, por lo que estudió para ser profesor de informática.
-¿Por qué decidiste retirarte joven para empezar a estudiar?
-Siempre me gustó analizar el juego cuando era jugador. Yo tenía un entrenador en el baby que me decía que yo jugaba más con la boca que con los pies. O sea, jugaba más de ordenar a mis compañeros. Y bueno, entonces vi que esa era mi vocación y dije, bueno, voy a ser entrenador. Me gustaba, me interesaba saber el por qué, ya que lo estaba entrenando, el por qué hacía cada ejercicio. O sea, cuando iba a ver los partidos me gustaba analizar cómo se ponían los rivales, qué ventajas podían sacar. Pero creo que fue una deficiencia técnica mía como jugador que me llevó a otros lugares. A los 18 años dije ‘ya está, no juego más, me dedico a terminar el secundario y hacer la carrera de entrenador’, pero me llevé la sorpresa de que hasta los 25 no podía estudiar en la Argentina. ‘Entonces voy a tratar hasta que espero a los 25 para seguir formándome porque yo voy a empezar una carrera de entrenador cuando no fui jugador profesional y hay un montón de cosas que me van a faltar’. Entonces, creí que la docencia me podía ayudar mucho porque te hace estar en frente a un grupo, te enseña materias, herramientas pedagógicas y didácticas que creía que me podían servir.
-¿Por qué elegiste informática?
-Elegí informática porque entendía que desde ahí podía llegar a tener un impacto en el fútbol como ya estaba teniendo otros deportes. Entonces creí que la informática podría ayudarme a sumar una herramienta más. En el caso de que no me destaque como entrenador principal, por ahí puedo ser un asistente, un analista. Entonces decidí que la informática podría sumarme mucho más, pero no era mi intención ni dedicarme a la docencia, ni dedicarme a la informática, sino que sumar herramientas para dedicarme a lo que realmente quería que era ser entrenador.
Su llegada a Vélez y la diferencia con el resto de los equipos en inferiores
La primera experiencia de Rondelli como entrenador fue en las infantiles de Vélez. Allí tuvo la oportunidad de dirigir a varios futbolistas que hoy están en Europa o en la primera del Fortín, tales como Santiago Castro, Valentín Gómez, Gianluca Prestiani o Máximo Perrone.
Miguel Rondelli en su etapa en Vélez.
-¿Cuál es para vos la diferencia de Vélez en inferiores, que las conoces bien con el resto de los equipos?
-Bueno, a ver, este trabajo que se está plasmando ahora, ya que hay muchos que son del interior. Yo creo que el cambio este, si bien el trabajo que está realizando ahora es muy destacado, viene desde el 2012, cuando cambió la metodología que estaban usando. Ese cambio fue porque a Vélez se le cuestionaba que sacaba buenos jugadores, pero no podían dar el salto internacional. Se hizo un cambio metodológico, un cambio de captación. Por ejemplo en infantiles Vélez no captaba infantiles del interior del país, eran solamente jugadores de capital. Luego se siguió construyendo sobre las bases que ya se habían dejado y creo que eso es el gran secreto, porque todos aportan.
-En tu etapa en Vélez jugadores como Benjamín Garré o Matías Soulé se fueron por patria potestad. ¿Qué puede hacer un club para que esto no pase?
–No puedes hacer nada con eso. Si te lo quiere llevar un equipo lo va a hacer hasta que la reglamentación cambie. Debería FIFA endurecer las medidas. En Argentina tenemos la medida de que si un jugador quiere irse de un club y no le dan el pase, el jugador se queda dos años sin jugar. Siempre se escudan en la parte cortar la oportunidad de la familia de irse del país. No digo que no puedan entrenar, si no que en esos dos años no pueda competir en ninguna competencia oficial porque si no es fácil. Es una normativa que debería cambiar la FIFA. Pero hoy no creo que se pueda hacer algo. Pero si te lo convencen y te lo llevan, no se puede hacer nada. Esa es la realidad.
Miguel Rondelli como entrenador de Vélez.
–¿Y cómo se puede hacer para convencer a un juvenil de que no se vaya ante la primera oferta?
-La realidad es que si vos tenes un contrato vigente te podes escudar con la cláusula de rescisión, me parece que está bueno para que por lo menos negociar para venderlo y tenerlo a préstamo por uno o dos años, pero es muy complicado, más los clubes argentinos que no tienen ese poderío económico que pueden tener los brasileños. Imagínate que sea el Palmeiras se le fue Endrick al Real Madrid con 18 años, cómo no se le van a ir a Vélez, que no tiene el mismo poderío, es muy difícil. Lo que nos queda es trabajar en la formación es tratar de apurar esa formación para preparar al jugador sabiendo que va a tener que quemar seis o siete etapas.
–Valentín Gómez es querido por River o Boca. ¿Crees que es su salto ideal o debe irse a Europa?
– Creo que es uno de esos jugadores que aparte de sus cualidades futbolísticas, porque creció muchísimo como futbolista, siempre se le destacó esa virtud de líder y creo que es lo que lo ha llevado a ser capitán y lo que lo ha preparado para mí para ser jugador de cualquier club. Sé que por ahí a veces hablan mucho de que lo quiere River, que lo quiere Boca, creo que también es un jugador muy vendible para Europa porque tiene temperamento, es líder y tiene condiciones que para mí lo hacen un futuro jugador de Selección. Para mí jugar en Boca, jugar en Vélez, aunque yo sé que Boca tiene mucha más repercusión y la camiseta de Boca pesa más que la de Vélez, es lo mismo porque es la misma liga, son los mismos rivales, entonces si va a dar el salto a la Selección lo puede dar, Vélez, tranquilamente. Yo creo que el salto de calidad va a dar y yo lo haría yendo a Europa y enfrentando a rivales de otra categoría.
Las experiencias como entrenador en Ecuador
Después de cumplir su ciclo en las inferiores de Vélez, Rondelli se marchó a Ecuador para trabajar en las juveniles de Universidad Católica, aunque a los pocos meses tuvo la oportunidad de hacerse cargo del primer equipo. Allí, comenzó su carrera como entrenador principal que siguió en Emelec, donde por malos manejos dirigenciales no pudo rendir de la mejor manera.
Miguel Rondelli en su paso por la U Católica de Ecuador.
–Llegaste para trabajar en inferiores y terminaste haciendo una gran campaña con el primer equipo…
-Había un proyecto lindo porque había que profesionalizar varias áreas, era un salto totalmente diferente de lo que tenía Vélez. Por ahí teníamos que pintar las canchas nosotros, eran muchas cosas, tenías que estar en todo, ayudar al utilero, porque eran muchas personas que tenían muchas ganas de trabajar, muchas ganas de crecer, pero no había una profesionalización en ese sentido. Mi objetivo era ser el mejor en división de menores. Volviendo de un partido, el entrenador de primera que hacía en el cuarto año del proceso presentó su renuncia. Tuve una reunión con los dirigentes que me dijeron que quería que dirija los últimos 4 partidos. En el primer partido que jugamos ganamos en una cancha difícil como la de Delfín que hacía como cinco o seis años que no ganaba el club ahí. Cuando nos dimos cuenta faltando una fecha estábamos clasificados ya matemáticamente a Sudamericana y si le ganábamos a 9 de octubre nos metíamos en Copa Libertadores y ganamos ese partido con 9 de octubre 3-0 y clasificamos.
-Gracias a esa campaña se quedaron para el año siguiente…
-Quisieron que continuemos el otro año, dijimos que sí, pero ahí viene el pero. Nos dijeron que se iba a reducir el presupuesto en un treinta por ciento, se fueron un montón de jugadores y nos dijeron que teníamos que subir chicos de abajo porque los conocía. Aceptamos el desafío y por suerte nos volvió a ir muy bien. Peleamos la primera etapa, la perdimos por un punto. Peleamos la segunda etapa, la perdimos por dos puntos. Volvimos a clasificar a Libertadores y ahí nos sale la chance de ir a Emelec, donde bueno, cometimos el error de dejarnos llevar por el nombre más que por el proyecto.
-¿Por qué me decís que se dejaron llevar por el nombre cuando lo llamaron de Emelec?
-Hubo elecciones en ese año en Emelec y su presidente histórico abandonaba el club. Las dos listas que se postulaban habían hablado con nosotros y en caso de ganar querían que nosotros seamos el cuerpo técnico. Dijimos que si las dos listas no querían, no iba a haber lío. Dijimos que sí y ese año se cambió toda la cúpula de formativas, toda la cúpula dirigencial. Hubo una reestructuración tremenda en el club. Se fue una persona fuerte que le daba mucho apoyo al club. Nosotros nos dejamos llevar por el nombre y no por el proyecto. Cuando llegamos el club no tenía director deportivo, habían incorporado a una persona que se hacía cargo de las incorporaciones pero no bajaba una línea futbolística. Presentamos la lista de refuerzos, nos dijeron que sí y después los que llegaban no eran esos, nos enteramos por ahí de que fichaban jugadores. En la pretemporada estábamos desayunando y uno de mis asistentes leía Twitter y me dice, mira este jugador dice que viene de Emelec. Hablo con el director deportivo y le digo, escúchame esto es mentira, y me dijeron que no, que ya está viniendo. Pedíamos el nombre de tal jugador, pero no iba a firmar porque pidió un sueldo que excedía al presupuesto y yo decía que estaba bien, tampoco íbamos a tener problemas si no lo podíamos pagar. En una conferencia de prensa del presidente declaró que un jugador que no podían pagar no vino porque yo no lo pedí. Con tantas idas y vueltas con la dirigencia, a pesar de que la campaña no era mala, decidimos dar un paso al costado.
Miguel Rondelli en su paso por Emelec.
-¿Cómo procesaron esta situación?
Y bueno, ahí te empieza también a generar dudas, porque si yo tuve un buen año en católica, y un mal año en Emelec. ¿Cuál es mi realidad? ¿La de Emelec o la de católica? Por suerte salió la oportunidad de Cusco, donde ahí sí, a diferencia de Emelec, lo primero que hicimos cuando nos juntamos con el director deportivo y la directiva fue preguntar por la infraestructura, cuál era el proyecto deportivo y bueno, llegamos a un acuerdo.
El gran año en Perú
En 2024 Rondelli se hizo cargo del primer equipo del Cusco FC. Si bien al principio recibió críticas ya que era un candidato para pelear la permanencia según los medios locales, realizó una buena campaña en la que clasificó al equipo a la Copa Sudamericana por segunda vez en su historia.
Miguel Rondelli en Cusco FC de Perú.
-¿Cómo tomaron las críticas de la prensa, que los candidatearon al descenso?
-Nosotros mucho la liga no la conocíamos en realidad ellos nos acercaron un par de nombres de jugadores nacionales que nosotros los observamos, dimos el visto bueno porque muchos no conocíamos. Si hicimos mucho y captamos extranjeros y en dos o tres nacionales que de tanto ver partidos nos habían gustado, se habían llamado la atención y la verdad que estábamos contentos con lo armado del plantel y llegamos el primer día de temporada, conferencia de prensa, presentación del plantel y todos los medios cusqueña que se había venido a ver. Todo el mundo nos daba un papel del descenso y yo decía pero yo lo que veo en las prácticas no es esto. Empezamos con esas dudas hasta que empezó el primer partido, por suerte le ganamos a Melgar y la verdad que hicimos una campaña muy buena. En la primera etapa terminamos quintos, en la segunda etapa hasta la hasta faltando tres fechas estuvimos peleando El tema es saber soportar proyectos. Y creo que el ejemplo, por ahí es muy difícil para la Argentina, porque el fútbol argentino exige siempre, son 30 equipos, los 30 que quieren ser campeones y tienen infraestructura y tienen jugadores y somos la liga de los campeones del mundo y tenemos esa, si quiere soberbia, que hace que sea muy difícil sostenerse en la Argentina. Pero en otros países, yo te digo la verdad, en la liga peruana no tuvimos la presión mediática.
-Hablando de mantener proyectos, ¿Presentaste la renuncia y te convencieron de seguir los jugadores?
-Sí, el club creció mucho. A ver, ni ellos creo que se dieron cuenta de lo que habían hecho. En un momento tuvimos que agrandar el gimnasio, incorporar más máquinas porque los jugadores llegaban, iban al gimnasio todos, hacían una rutina, tenían rutinas individuales. Se incrementó el cuerpo médico, se incrementó el cuerpo de kinesiólogo, empezó a crecer mucho el club. Encima al club le iba bien en lo deportivo, entonces era más requerido a los jugadores para hacer entrevistas, se tuvo que contratar un jefe de prensa y en la parte de logística que es media complicada tuvimos problemas. Todos los vuelos tienen que pasar por Lima entonces vos por ahí tenés una ciudad que está en avión a cuarenta minutos y tenés que ir a Lima y de Lima tenés que ir a esa ciudad. Es un lío la logística. Y cierta parte de los pasajes los paga la federación y la otra parte los pagan los clubes. Entonces empezamos a viajar separados, por grupos, era un desastre. Se hacía muy difícil poder al otro día entrenar todos juntos y hablamos con la dirigencia que había que solucionar eso, nos prometieron que iban a solucionar y la gota que rebalsó el vaso fue que jugando la segunda fecha, habíamos perdido y a la vuelta estuvimos doce horas varados en el aeropuerto de Lima y al otro día tuvo que entrenar un solo grupo, entonces dijimos no, nos dijeron que iban a mejorar pero no mejoraron. Entonces renunciamos y eso les tomó por sorpresa. Ahí fueron los jugadores los que hablaron con el presidente, hablaron con él y le dijeron que no nos podíamos ir. Les dieron la razón, hicimos una reunión, llegamos a un acuerdo, nos pidieron un plazo para mejorarlo y lo mejoraron. Por eso decidimos quedarnos, más que nada por los jugadores, porque cuando ya te dicen que van a mejorar y no lo mejoran, ya dudas. Pero la banca que tuvimos de los jugadores nos hizo decir que no lo podemos dejar ahora.
-Pensando en la Copa Sudamericana, ¿Te gustaría enfrentarte a algún argentino?
-Sí, obvio que siempre me gustaría jugar con un equipo argentino. Lamentablemente los equipos con los que me gustaría jugar estarían en la libertadores. Me encantaría jugar en cancha de Boca, me encantaría jugar en cancha de River, me encantaría jugar con Vélez, porque si bien trabajé muchos años ahí y dirigí reserva, solamente tuve dos partidos en el Amalfitani, me hubiese gustado estar mucho más. Primero tenemos que pasar esa fase con otro equipo peruano, y ojalá jugar con algún equipo argentino, con algún equipo brasilero.
-¿En un futuro te gustaría dirigir a Vélez?
-Sí, a ver me gustaría, obvio que me gustaría decir no quiero que suene así porque ahora está Quintero que está muy cómodo, está muy bien y yo sé además que esto va a ser muy a futuro pero si yo me formé como entrenador en Vélez, entonces es como preguntarle a un chico que hizo todas las inferiores en Vélez y que se tuvo que ir, si alguna vez quiere jugar en la primera de Vélez, seguro, a mi me encantaría, me encantaría dirigir en el fútbol argentino también. Entiendo que para los entrenadores que nos hemos ido y hemos hecho nuestra carrera afuera cuesta bastante porque es difícil entrar en ese círculo de entrenadores que están dirigiendo en la Argentina. Yo puedo decir que en Ecuador mal que más me conocen, en Perú mal que más me conocen, pero después ya voy a Argentina y… ¿Quién no lo conoce? Empiezan a googlear para ver quiénes son, pero bueno sí, me gustaría, ojalá, podamos seguir con esta carrera ascendente, que nos siga yendo bien y que algún equipo argentino nos dé la posibilidad de dirigir porque es un fútbol muy competitivo.