Durante la década del ’90, mediante diversas campañas publicitarias, se esbozaba a viva voz la frase “Be like Mike” (sé como Mike), para tomar a Michael Jordan como un ejemplo a nivel deportivo, no solo por su inconmensurable talento, sino también por su mentalidad y su dedicación para mejorar día tras día dentro de la cancha.
En la actualidad, en la NBA moderna donde las comparaciones llueven a cada rato, la semejanza entre Jordan y Anthony Edwards se convirtió en una frase mainstream para el básquet estadounidense. Ambos escoltas, apenas 5 centímetros de diferencia en la estatura y con una mente fría para hacerse grande en momentos complicados, hacen que el elegido como pick 1 del Draft de 2020 por Minnesota Timberwolves hoy sea el hombre sensación de la NBA, y que se lo señale como el Michael Jordan moderno.
Edwards no se muestra de acuerdo con esta comparativa, ya que afirma que Jordan “es el mejor de la historia“. Sin embargo, por su rendimiento dentro de la cancha, el parangón resulta, en ocasiones, inevitable.
Ant-Man, como fue apodado desde su infancia, es más que un simple “mini Jordan”. Edwards arrastra detrás de sí una dura historia de vida y una peculiar trayectoria deportiva, que le sirve de impulso para intentar ser parte del Olimpo de la NBA en el presente y en futuro. Además, en parte de su crecimiento como basquetbolista, Argentina tiene una enorme influencia.
Edwards en acción en Minnesota
Anthony Edwards: su dura infancia y la lesión que cambió su vida
Si bien Anthony Edwards llegó a la NBA siendo número 1, ya que fue seleccionado como el primer prospecto del Draft del 2020, su camino hasta la cima no fue sencillo. Nacido en Atlanta, estado de Georgia, el 5 de agosto de 2001, recibió el apodo de Ant-Man de parte de su padre, quien durante su infancia lo abandonó a él y a su madre, lo que llevó al chico a adoptar y representar el apellido de su madre.
A sus 13 años, sufrió una nueva tragedia, cuando en el lapso de escasos meses perdió a su madre y a su abuela, a causa de un cáncer. Siendo el menor de sus hermanos, Edwards quedó entonces a cargo de ellos y allí comenzó su verdadero amor por el básquet, deporte que conoció en el patio de casa con sus fraternos.
En paralelo, durante su adolescencia, complementaba su pasión por la pelota naranja con el fútbol americano. Anthony jugó en las posiciones de running back, quarterback y cornerback y soñaba con llegar a la NFL antes que la NBA, pero una lesión en su tobillo producto de un tacle, sumado al hecho de que le aburría la poca acción con la pelota en sus brazos, terminó generando que el joven se dedicara en 100% al básquet.
Para poder concretar su sueño, comenzó a entrenarse con el ex jugador Justin Holland y, en 2019, ingresó a la Universidad de Georgia para ser parte del equipo de básquet de dicho instituto. Solo un año allí le bastó para consolidarse como el mejor prospecto juvenil, y en 2020 fue fichado en el puesto 1 del Draft por Minnesota Timberwolves. Y su historia en la NBA comenzó.
Edwards en acción en Minnesota
La transformación de Minnesota Timberwolves gracias a Edwards
Antes de analizar lo que es Anthony Edwards como jugador, es necesario ver la influencia que su juego trajo a Minnesota Timberwolves, una de las franquicias de la NBA con menos historia a nivel competitivo. El equipo se sumó a la liga estadounidense en la temporada 1989-90, luego de que se fundara ese mismo año en la fría ciudad del norte de aquel país.
En su corta historia, los Timberwolves poseen como logro máximo haber alcanzado las finales de Conferencia Oeste en la edición 2003-04. Allí, su estrella era Kevin Garnett, quien luego se marchó a Boston Celtics para convertirse en leyenda en la franquicia verde. Desde esa campaña, Minnesota pasó 15 años consecutivos sin Playoffs, y si bien desde 2018 hasta la fecha accedió en tres oportunidades, nunca había vuelto a ganar una serie de postemporada. Hasta que Anthony Edwards se hizo dueño del equipo.
Ant-Man lleva cuatro temporadas en la NBA y en tres de ellas logró meter a Minnesota en Playoffs. En la campaña actual, incluso, con solo 22 años ya se metió en la historia grande de la franquicia al concretar la clasificación a semifinales de conferencia luego de barrer 4 a 0 a los Phoenix Suns de Kevin Durant. Y en la instancia actual se encuentran a favor en la serie frente a Denver Nuggets, los vigentes campeones.
En sus duelos disputados, Edwards promedia estadísticas de MVP al llevar 32.3 puntos, 6.8 rebotes y 5.8 asistencias por partido, además de contar con 1.8 robos y 0.8 bloqueos. Un animal en defensa y ataque, liderando a su equipo a pesar de su juventud y de que posee jugadores de basta experiencia como compañeros, tales como Karl-Anthony Towns o el Defensor del año, Rudy Gobert.
Semejantes números lo han llevado a la comparación con Jordan por parte de sus propios compañeros: “Obviamente, tienen muchos de los mismos gestos”, reconoció hace poco Mike Conley en charla con Fox Sports, y agregó: “Los movimientos, las escapadas, el atletismo, los tiros, los bloqueos, las cosas defensivas que hace. Pero en realidad, simplemente su impulso es lo principal. Ese mismo tipo de ética de trabajo, ese mismo tipo de: ‘No duermo nada por la noche porque estoy listo para jugar, estoy listo para jugar'”.
En una NBA tan inesperada como la actual, en la que siguen en competencia franquicias como Oklahoma City Thunder, Dallas Mavericks, Denver Nuggets, Boston Celtics, Indiana Pacers, Cleveland Cavalliers y NY Knicks, Minnesota Timberwolves -de la mano de Edwards- puede aspirar a su primer título.
Edwards en acción en Minnesota
Pablo Prigioni, un maestro de Edwards made in La Generación Dorada
Integrante de la Generación Dorada, y actual DT de la Selección Argentina de básquet, Pablo Prigioni es también el entrenador de jugadas ofensivas de Minnesota Timberwolves desde hace más de cinco temporadas. El ex base que supo jugar para los Knicks, Houston Rockets y Los Ángeles Clippers es parte del staff del coach Chris Finch en los Lobos y ha sido un pilar en el crecimiento de Anthony Edwards.
Pablo Prigioni como entrenador de ofensiva en Minnesota
En una entrevista reciente brindada a “Doble doble”, Ant-Man se refirió a lo importante que es Prigioni para su carrera: “Amo a Pablo como persona y como entrenador. Como coach es uno de los mejores, me ayuda mucho a mejorar mis pases, a hacer lectura cuando me hacen doble marca. Definitivamente, lo quiero mucho“.
Por ende, en su explosión como superestrella de la NBA, hay una impronta argentina fundamental proveniente del entrenador albiceleste.
¿Qué tan lógica puede ser su comparación con Michael Jordan?
En la historia de la NBA hay una eterna discusión acerca de quién es el mejor jugador de todos los tiempos, y los nombres son dos: Michael Jordan y LeBron James. Para recibir una comparativa con uno de ellos dos, se requiere de un enorme talento, personalidad y proyección para dominar la liga durante varios años. Anthony Edwards es uno de los pocos jugadores que tienen dicha comparativa en sus espaldas y que no la refleja como un hecho que le genere presión.
Su estilo de juego es similar, sí. Sus expresiones también. Su manera de declarar, su personalidad, más una compleja historia de vida detrás hacen que la comparativa salga casi por ósmosis. Y el hecho de que Edwards intenta llevar a lo más alto a Minnesota, como Jordan lo hizo con Chicago Bulls, también.
If Anthony Edwards doesn’t want to be compared to Michael Jordan he needs to stop doing this every night
Más allá de esto, Jordan posee 6 anillos de la NBA habiendo disputado 6 finales y se convirtió en el basquetbolista más influyente de todos los tiempos. Edwards apenas está comenzando su carrera, pero las similitudes quedaron a la vista y hasta se han realizado videos en los que la comparación impresiona. El público, de momento, asumió que Edwards puede ser el caso perfecto del “Be like Mike”.
Sus estadísticas
En sus cuatro temporadas regulares, Anthony Edwards lleva grandes promedios: 22.9 puntos, 5.2 rebotes, 4.1 asistencias y 1.4 robos, convirtiéndose en una máquina en ofensiva y defensiva. En Playoffs su nivel asciende hasta las 28.1 puntos de promedio, y mantiene números similares en las otras acciones de juego.
Además, ya fue All-Star en dos ocasiones, y en la temporada actual logró superar todo tipo de estadística de su carrera, en una clara muestra de que su crecimiento como jugador será exponencial.