Juan Carlos Menseguez nació en Córdoba, se inició en Racing de esa provincia, luego pasó a Instituto hasta que en un torneo de Inferiores lo vieron de River y se lo llevaron. Tras se convocado a la Selección Argentina Sub 17 realizó la pretemporada con el plantel de Primera, pero quedó en Reserva hasta que en 2003 se lo llevó el Wolfburgo de Alemania en la misma operación que involucró a la venta de Andrés D´Alessandro.

Los alemanes terminaron comprando al Rayo a cambio de 2 millones de dólares por el 50% del pase y allí fue que inició su camino en Primera División. Tras cuatro años en Wolfburgo, Ramón Díaz lo pidió para San Lorenzo y así se concretó su regreso al fútbol argentino. En la temporada 2008-09 estuvo a préstamo en West Bromwich de Inglaterra y luego regresó al Ciclón para jugar allí hasta 2013, cuando regresó a River de la mano del riojano.

Su paso por River y el final de su carrera

Ramón Díaz lo conocía de su paso por San Lorenzo y por eso decidió llamarlo para que se sume a River por un año. En esa temporada, el Rayo apenas disputó 13 partidos y marcó un gol, pero a pesar de ellos dio dos vueltas olímpicas: la del Torneo Final 2014 y la de la Copa Campeonato del mismo año. Tras su paso por Núñez, el Rayo visitó las camisetas de Argentinos Juniors, Aldosivi y Juventud Unida de Gualeguaychú hasta su retiro en 2016.

Juan Carlos Menseguez jugó en River entre 2013 y 2014. (Foto: Prensa River).

Juan Carlos Menseguez jugó en River entre 2013 y 2014. (Foto: Prensa River).

Un presente en la espiritualidad

En 2020, Juan Carlos Menseguez le contó a FM 94.7 Club Octubre su acercamiento al camino de la espiritualidad: “Iba camino a ser técnico, pero incursioné en lo espiritual como mi mujer. La empecé a acompañar a reuniones, cambié de rumbo y me conocí a mí mismo. Esto es una oportunidad en la cual tenemos que conectar entre nosotros. Ser una unidad. Ante este contexto de coronavirus es importante amarse a uno mismo. Porque si te amás a vos, amás a todos”.

Un viaje que lo cambió todo

“Nos fuimos de viaje con mi mujer, como buscando encontrar algo. Y en ese viaje me sucedió algo que dije: ´Por acá no va´. Quiero una cierta estabilidad emocional y disfrutar de otras cosas que quizá uno se dice ´bueno, voy a disfrutar cuando tenga 60 años, voy a hacer esto, voy a hacer lo otro, voy a dedicarle tiempo a mis hijos´. Y la verdad es que me di cuenta que ahora quería disfrutar de mis hijos, ahora que son chicos. Quería compartir momentos con la gente que quiero. Ese fue todo un cambio”, le contó el Rayo a Infobae.

Viajes de inmersión y meditación

Su esposa hace años que está volcada al mundo espiritual y el Rayo se sumó: “Mi mujer siempre fue una, pongámosle, buscadora espiritual… De hacer reiki, memoria celular y todas esas terapias alternativas. Justo estaba teniendo charlas ahí en un grupo y me dice ´hay un viaje a República Dominicana al que nos podemos sumar´. Y justo me había pasado todo esto y le dije ‘dale, vamos’. En esas charlas a mí me cayó una ficha”.

El Rayo jugó en Wolfburgo en el inicio de su carrera. (Foto: IMAGO).

El Rayo jugó en Wolfburgo en el inicio de su carrera. (Foto: IMAGO).

Además, agregó: “Ellos lo llamaban viajes de inmersión, porque son como cinco días dedicados a meditar, a charlar de conciencia, evolución y todo eso. Para mí fue durísimo, porque cuando llegué ahí yo estaba con aspiraciones de ser DT, a un camino de corto, mediano y largo plazo, imaginándome… Y de repente hubo un par de cosas que se dijeron que a mí me hicieron mucho sentido. Pero a su vez iba en contra de todo lo que yo estaba haciendo. Fueron cinco días muy intensos, en los que en un momento le decía a mi pareja ´vámonos, no estoy para esto´. Cuando volví, ya me tranquilicé y todo eso que había movido el viaje era como que decía ´ah, bueno, no es tan loco lo que me pasó en el viaje´”.

Menseguez no se alejó del todo del fútbol

Estoy tratando de hacer cosas con la gente que uno quedó vinculado. Los amigos que quedan del fútbol. Trato de generar ahí negocios, ingresos, pero no es algo que me demande mucho tiempo. Quizás una cuenta pendiente es que empiece a dedicarle un poco más de tiempo, pero estoy bien así por ahora. Lo que hago, lo hablo directamente con las personas que tengo afinidad, no hace falta viajar o seguir abriendo vínculos, porque tampoco me interesa una carrera como representante. Simplemente quizás en algunas cosas puntuales, si tengo la conexión, ser intermediario”, concluyó Juan Carlos Menseguez.