Una vez al mes. Por semana. Al día. Por hora. Aunque depende de lo fanático que sea cada uno, es imposible no recordar a Diego Armando Maradona periódicamente. Al menos una vez al año. En una fecha especial. Por una frase, una gambeta o una anécdota. Siempre Pelusa logra meterse en la cabeza de los futboleros, aunque ya haya pasado un año y medio de su partida. Cada detalle desconocido es motivo de emoción y más si este tiene que ver con el famoso partido ante los ingleses.

El 22 de junio de 1986 es una fecha que quedará grabada a fuego en el corazón de todos los argentinos. El día de la revancha. La jornada en donde un seleccionado de fútbol representó un ejercito, el pueblo, un país. Donde 11 jugadores se cargaron en la espalda una guerra absurda y con el cuchillo entre los dientes salieron a cobrarse deportivamente la vida de cientos de pibes inocentes que fueron víctimas de un gobierno nefasto. Y antes de la Mano de Dios, Diego protagonizó un momento que se escapa del resumen y define su esencia.

A 36 años de la revancha ante los ingleses: el detalle de Maradona que nadie vio antes de la Mano de Dios

Aunque el duelo por los cuartos de final del Mundial de 1986 es cuasi patrimonio cultural argentino, hay detalles en los 90 minutos que se le escapan hasta al más fanático. Y sí, muchos recuerdan con lucidez el gracioso momento que Pelusa protagonizó con el banderín del corner del Estadio Azteca. Aunque casi nadie sabe los detalles de la charla con Berny Ulloa, el juez de línea.

“Había una línea en el fondo donde estaban los fotógrafos y cuando llegó (Maradona) me pidió correr a la gente. Cuando comencé a correrlos, siento que arroja algo a mis espaldas y veo que es el banderín. Le digo: ‘Diego, no puedes hacer eso, no se puede jugar sin ese banderín’", contó el línea en diálogo con Infobae. Y continuó entre risas: "Alzo mi vista, le hago un gesto al árbitro y él me dice que me encargue yo. Le digo ‘tienes que poner eso en su lugar’. Él me contestó: ‘no me rompas las pelotas Ulloa, me estorba’Le pedí ponerlo, lo puso, pero dejó la bandera tirada". Pero la disputa no terminó allí...

"¡Tenes que poner la bandera igual como estaba todo!", confesó decirle Ulloa. Y continuó contando su historia: "Me volvió a decir un montón de cosas, yo no me reía porque tenía que estar serio, pero por dentro estaba que no me aguantaba. Fue muy educado, no me dijo una grosería. Los dichos que me dijo no son hirientes ni ofensas. Juntó el banderín, pero lo tiró encima.... Otra vez. Ahí finalmente lo introdujo y me dijo '¿complacido señor Ulloa?'. Ya la gente se había metido de vuelta y le estorbaba, pero se echó un paso atrás, metió la zurda y puso la pelota. ¡No lo estorbaba nada!”.

Por suerte para él, todo lo narrado ocurrió a los 34 minutos del primer tiempo y no fue él quien cometió el error de dar como válido el gol de la Mano de Dios (a los 6 minutos del ST). Igualmente, en la misma charla con Infobae, Ulloa no le escapó al tema y confesó detalles del final del match con Bogdan Dotchev, el juez búlgaro que no vio la mano de Diego.

“Posiblemente tuvo que haberlo visualizado, pero cuando el partido terminó estábamos muy contentos. Estaba contento Bin Nasser (árbitro principal), había sido un gran partido. El error del cuarteto arbitral fue el gol con la mano que no lo vimos. Lo más curioso es que en el camarín nuestro había alegría porque lo habíamos sacado bien. Nosotros no sabíamos que había sido con la mano uno de los goles. Después de ese juego, el árbitro y el línea quedaron fuera de la Copa del Mundo y perdí el diálogo con ellos. Tengo entendido que estuvo muy triste”, confesó Berny Ulloa más de 35 años después.