La historia de vida de Damián Olivera-Bergallo es un gran ejemplo de superación. Porque su pasión por el fútbol y por Lionel Messi lo ayudó, lisa y llanamente, a salir de la calle cuando hace más de una década llegó a los Estados Unidos en busca de mejor calidad de vida, la cual, al principio, no fue tal.
”Hace 12 años emigré a Estados Unidos y mis inicios fueron difíciles. No fue el sueño americano. Básicamente terminé en la calle, viviendo y durmiendo en un coche”, cuenta en conversación con El Mundo, quien pasó de trabajar de lavaplatos y se conductor de Uber a comprar la casa soñada por cualquiera en Bloomfield Hills, en Michigan.
”Un día estaba en un centro de donaciones, un lugar donde la gente sin recursos compra ropa de segunda mano, y vi una colección cerrada muy grande de cromos de fútbol. Costaba 200 dólares y me quedaban 200 dólares. Sabía que el fútbol estaba creciendo en Estados Unidos, que el coleccionismo de béisbol o de baloncesto movía mucho dinero en el país y pensé que quizá valía la pena, que podía sacar algo. Realmente tampoco imaginé que llegaría a dedicarme exclusivamente a los cromos” , relata Olivera Bergallo de cómo fue su primer cruce con la oportunidad que le cambió radicalmente el destino de sus días.
¿Pero cómo pasó de la indigencia a ser millonario y en qué momento entra Lionel Messi en la historia? Lo cuenta en el siguiente relato: ”Durante años seguí durmiendo en el coche con la colección de cromos en el maletero (entre los que se encontraban imágenes inéditas de Leo Messi). Fui aprendiendo sobre graduación y sobre autentificación hasta que me pude dedicar exclusivamente al coleccionismo. La primera venta importante de aquella caja inicial fue por 2.500 dólares, pero en ese paquete había un cromo por el que llegué a sacar 175.000 dólares”.
Damian Olivera-Bergallo llegó a copar el 95 % del mercado en objetos de Lionel Messi.
Durante un tiempo fue comprando todo lo que encontraba del capitán de la Selección Argentina, hasta que llegó a copar el 95% del mercado, pero en los últimos tiempos se le multiplicó la competencia, especialmente en China, y ya no pudo seguirle el ritmo. ”Ahora me estoy frenando un poco, compro objetos de coleccionismo de calidad, no sólo cromos, y trato de disfrutar de la vida. He automatizado ventas a través de la web y delegado algunas funciones”.
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Las figuritas lo llevaron a conocer a Lionel Messi en persona
Instalarse en el mercado como el principal coleccionista de Lionel Messi lo catapultó a conocerlo e incluso compartir un momento en su casa. ”Yo estaba en Barcelona en ese momento y él ya jugaba en París. Me llamaron desde su equipo y me preguntaron si podía estar al día siguiente a las cinco de la tarde en su casa. Y, obvio, tomé un vuelo y llegué puntual. Abrió la puerta él mismo y me dijo: ‘Hola, Damián, ¿Cómo estás?’. Había leído un artículo sobre mí en un diario argentino y estaba muy interesado en lo que hacía. Le mostré los cromos, le expliqué las diferencias, me hizo muchas preguntas”.