Colo Coloatraviesa un complejo escenario financiero que ya comienza a marcar de manera profunda su planificación deportiva para la próxima temporada. Así lo dejó en claro el propio presidente de Blanco y Negro, Aníbal Mosa, quien sinceró el momento económico del club y adelantó que el mercado de pases estará marcado por la austeridad y la cautela en cada movimiento.
“Las lucas siempre son escasas, pero vamos a hacer todo lo posible por traer poco, pero de calidad, para que aporten al equipo”, señaló el timonel albo, en una frase que refleja el cambio de rumbo tras un año del centenario donde el gasto fue considerablemente mayor. La consigna ahora es clara: reducir costos en todos los ámbitos posibles.
Este ajuste no solo se ha notado en lo futbolístico, sino también en lo administrativo. Al interior del club reconocen que se ha entrado en una verdadera “economía de guerra”, al punto de recortar actividades tradicionales. Un ejemplo simbólico fue la eliminación de la clásica fiesta de Navidad para los funcionarios, la que fue reemplazada por un almuerzo más austero en la Casa Alba tras una reunión de directorio.
Colo Colo sin copas internacionales
El escenario se explica, en gran parte, por la ausencia de competiciones internacionales en 2026. Sin ingresos por copas, Colo Colo debe seguir afrontando contratos elevados como los de Arturo Vidal, Javier Correa y Claudio Aquino, lo que tensiona aún más la caja de la concesionaria.
En ese contexto, el presupuesto destinado a refuerzos sufrió un drástico recorte. De los cerca de US$ 4 millones invertidos en la temporada del centenario, se pasó a apenas US$ 1 millón para el próximo año. Esto obliga a Daniel Morón y la gerencia deportiva a buscar fórmulas creativas para reforzar el plantel.
La estrategia definida apunta a jugadores libres o préstamos a bajo costo. Bajo ese prisma se explica, por ejemplo, por qué no prosperó la llegada de Francisco Salinas desde Coquimbo Unido y se optó por el regreso de Jeyson Rojas, quien venía de una campaña discreta en Deportes La Serena.
Blanco y Negro debe definir el plantel para 2026
La única forma de engrosar el presupuesto sería mediante una venta importante. En Blanco y Negro tienen definidos a sus principales activos: Lucas Cepeda, Vicente Pizarro y Alan Saldivia. Por este último esperan ingresar cerca de US$ 2 millones, aunque su situación genera ruido interno.
De hecho, Mosa fue crítico con el zaguero uruguayo y dejó en evidencia la molestia dirigencial. “Tenemos que revisar algo con nuestro central Alan Saldivia. Tenemos que tener una conversación con él, el técnico tiene que conversar con él, para ver si se va a quedar en el club, si se va a concentrar en el club, si su cabeza va estar dentro del club”, manifestó tras una reunión de directorio.
La definición sobre Saldivia es clave para el armado del plantel. “Una vez decidiendo eso, si Alan se queda, nosotros iríamos por un marcador central zurdo. Si Alan se va, iríamos por un marcador central zurdo y uno derecho”, explicó Mosa, sin descartar incluso un préstamo al Vasco da Gama.
En medio de este delicado panorama, también preocupan las deudas pendientes con otros clubes. El reclamo público de Godoy Cruz por pagos atrasados en el fichaje de Salomón Rodríguez encendió las alarmas en Macul, donde ahora buscan fórmulas para regularizar compromisos y evitar sanciones mayores. Así, Colo Colo cierra su año del centenario inmerso en una crisis financiera que condiciona su presente y futuro inmediato.
DATOS CLAVE
- El presupuesto para refuerzos se redujo drásticamente de US$4 millones (en el centenario) a solo US$1 millón para la temporada 2026.
- La ausencia de ingresos por copas internacionales y el alto costo de contratos como los de Vidal, Correa y Aquino obligan al club a una “economía de guerra”.
- Aníbal Mosa condicionó el fichaje de nuevos centrales a la continuidad de Alan Saldivia, quien es seguido por el Vasco da Gama.
- El club mantiene deudas pendientes con Godoy Cruz por el traspaso del delantero Salomón Rodríguez.
