César Bravo tuvo un exitoso debut en la banca de Cobreloa. El entrenador chileno logró un importante triunfo 4-1 ante Deportes Copiapó y sueña con salvar la categoría.

Tras el compromiso en Calama, atendió al llamado de BOLAVIP CHILE y expresó su emoción por el retorno a casa. Se forjó como futbolista profesional en dichas tierras desérticas.

“Esta es mi tercera vuelta. Yo estuve, después que me vine de jugador, 10 años y después me vine la segunda vez como entrenador, donde también estuve 10 años como entrenador del fútbol joven”, comenzó señalando.

En dicha línea, quiere que este paso sea mejor. “Cuando estuve en el primer equipo, no tuve la posibilidad de poder armar mi plantel y poder reforzarme con algún jugador. Pero yo feliz, estamos felices”, agregó.

Cobreloa derrotó a Deportes Copiapó en el debut de César Bravo.

El nuevo DT de Cobreloa

¿Te gustan los desafíos?

Me gustan los desafíos, pero es que mi vida ha sido de desafíos. Siempre ha sido de sacrificio, de que no te llegue nada fácil, de tratar de buscártela como sea, de tratar de ir creciendo, de ir mejorando.

Me fui por el hecho de poder crecer, de buscar experiencia, de ir creciendo como persona, como profesional, como entrenador. Me fui con la ilusión de algún día volver. Me llamaron y creí que este era mi momento.

Había que aprovecharlo, independiente de la situación. Cuando uno cree que puede aportar algo al club que lo vio nacer, crecer y salir, obviamente la motivación también te ayuda al convencimiento de que sí tienes que aceptar. 

El nuevo cuerpo técnico

¿Qué hiciste con Jonathan Cisternas, otro histórico de Cobreloa, para cambiarle la mentalidad al equipo? Porque el equipo jugó muy bien contra Copiapó.

Afortunadamente, somos personas también. Sabemos entender y no solamente exigir. Lo primero era traspasar la confianza del jugador, que en este momento que nosotros llegamos tenía muchas más cosas que ganar que perder.

Esa era la intención, que ellos mejoraran, que se soltaran. Soy hincha de Cobreloa también, con mi nieto, mi hijo, vamos al estadio. Fuimos a todos los partidos en Santiago. Sentía, percibía, que el jugador no disfrutaba.

César Bravo quedó conforme con la sinergia que se generó con el plantel de Cobreloa.

El jugador de fútbol tiene que disfrutar esta actividad como tal. De verdad que nosotros los queríamos ver reír, sonreír, que no salieran vapuleados. Que se sintieran que ellos tenían las capacidades de poder demostrar algo más.

La mancomunión que se generó junto a los jugadores, yo creo que fue directa. Creyeron en nuestras palabras, porque nuestras palabras se relacionaban con nuestras acciones, ya sea en los entrenamientos, en los videos que mostrábamos, las cosas que decíamos.

El desafío loíno

Tras ello, el entrenador 51 años prefirió mantener cautela por los próximos encuentros de Cobreloa: ante Iquique, Universidad Católica y el cierre ante O’Higgins. Por el momento, su equipo está penúltimo y descendiendo.

Vienen tres finales más…

Nosotros siempre hablamos de cuatro finales, contra Copiapó que fue fundamental. Era fundamental para estirar la esperanza y la ilusión, nosotros confiamos mucho en que la vamos a pelear y después esto es fútbol.

Pero sí, estamos con toda la energía y todas las condiciones, creo, por lo que mostraron ayer, de seguir mejorando, porque también tenemos cosas que mejorar y los jugadores también están claros.

Va a ser un lindo desafío, linda oportunidad también para mostrar que lo de ayer no fue una casualidad y que ellos están preparados para lo que viene y están mentalizados también en poder salvar la situación.

César, por el momento es hasta final de año, hasta que termine el campeonato, el contrato. 

Sí, sí, hay una conversación también, pero en relación a cómo se ve. Pero nosotros más allá, nos abocamos plenamente a esta etapa que estamos y después a lo que viene. 

Jugando así se salvan, ¿o no? 

Sí, pero sabemos que también tenemos los pies en la tierra y sabemos que todos los rivales son distintos, todos tienen distintos juegos. Afortunadamente, el resultado fue bueno. Analizamos bien al rival. 

Le apuntamos a lo que nosotros veíamos. Y por eso creo en la claridad de lo que se entrenó, de lo que se habló. Los jugadores lo pudieron desarrollar bien, con una inteligencia táctica bien desarrollada dentro del campo juego.