El tenista estadounidense Jenson Brooksby (151° del ranking ATP) reveló una faceta poco conocida de su vida: su diagnóstico de autismo en la infancia. Lejos de considerarlo un obstáculo, la raqueta de 24 años aseguró que su condición ha sido clave en su desarrollo profesional.

En una entrevista a Tennis Channel, Brooksby reconoció que su autismo le permite enfocarse mejor en momentos críticos: “La mayor fortaleza que tiene para mí es que me permite concentrarme en ciertos detalles a un nivel muy alto, lo que puede ser muy importante en algunas situaciones de alta presión”, confesó el nacido en Sacramento, California.

“No importa si hay mucho en juego. Si me encuentro bien con unas pocas cosas generales, y soy capaz de ser constante durante un largo periodo de tiempo, eso me puede diferencias de las personas que tienen altibajos. Mi autismo puede hacer que me obsesione con cosas más de lo que me gustaría. Veo mi autismo como una fortaleza más que como algo negativo”, agregó la raqueta norteamericana de 24 años.

Jenson Brooksby llegó a ser 33 del ranking ATP (Getty Images).

En esa línea, reveló que “a veces, nuestros mayores retos pueden convertirse en nuestros puntos fuertes. Me hubiese encantado tener algún referente en el tenis para darme confianza y que hubiese triunfado como jugador profesional en el circuito y tenía autismo, así podría sentir que yo también soy capaz”

Brooksby también señaló la utilidad de la rutina en su día a día: “Ya sea en el deporte, en el tenis, o en la vida en general, creo que las personas con autismo somos muy buenas a la hora de adoptar una rutina. Una vez algo hace clic… esa es la mejor sensación”.

Este trastorno ha acompañado a Brooksby en su carrera profesional, quien en abril pasado conquistó su primer título en el ATP de Houston. Además, tras haber alcanzado el número 33 del ranking ATP sufrió un fuerte descenso en el ranking debido a lesiones y una sanción de 18 meses por no presentarse a controles antidopaje en un año. 

En cuanto a lesiones, Brooksby tuvo que aguantar una fuerte dolencia en la muñeca que incluso no le permitía agarrar una sartén. “Nadie que haya pasado por eso puede imaginarse cómo es. El primer ejemplo es que estuve con una escayola y una férula diferentes durante dos meses. Especialmente para mí, cuando podía hacer tantas cosas físicas, y de repente estás sentado y no puedes hacer más que caminar o te duele incluso levantando una sartén pequeña, por ejemplo. Es muy estresante”, revelo hace un tiempo a la página de la ATP.