Fernando Altamirano fue el quinto expulsado de Gran Hermano Chile. Bambino llegó a acumular más de 100 mil para que su expulsión se hiciera efectiva.
Es que en los últimos días, el productor de eventos se ganó el odio del público después de lanzar una serie de horribles comentarios contra Bigote, la mascota de la casa.
El sureño manifestó en múltiples ocasiones sus intenciones de lastimar al perrito e incluso quitarle la vida.
Los dichos de Bambino que lo dejaron fuera de Gran Hermano
En uno de los polémicos momentos, Altamirano comentaba con sus compañeros el presupuesto de la semana. Específicamente por el hecho de que perdieron la prueba de la semana, en esta ocasión sólo contaban con la mitad del dinero.
“Gran Hermano, si usted nos quita un 10% no le vamos a poder comprar la comida a Bigote. En cambio si usted nos da el 10%, vamos a poder comprar la comida”, planteó Rubén.
Bambino reaccionó acercándose el micrófono: “Gran Hermano, ¿cómo se vería tu reality con un perro muerto?”.
En la instancia, ninguno de los presentes reparó en lo que dijo Fernando. Vivi incluso desvió la atención, postulando que “si el perro es un participante, como se ha demostrado, debería haber más plata”.
“¿Y si lo tiramos a la parrilla?”, arremetió Bambino una vez más, con sus escabrosos comentarios.
Ese no fue lo único que dijo. En días previos, Bigote rompió un artículo de La Casa; y Bambino comentó que si hubiese sido una de sus zapatillas: “mañana lo pillan ahogado”.
La justificación de Bambino para sus comentarios
En el estelar de este lunes, Bambino se defendió al ser increpado por los dichos al interior del encierro.
“Creo que cuando uno dice o hace algo malo, ya sea con intención mala o no, hay que hacerse cargo, no hay que hacerse el tonto. Creo que me equivoqué rotundamente”, aseguró.
Y continuó, asegurando que “quiero comenzar con pedir disculpas a todas las personas que se sintieron dolidas por estos dichos. Quizás mi falta de experiencia en la tele, mi humor negro que ya está obsoleto en estos tiempos. Los tiempos de ahora son más sensibles, quizás, y está bien, porque quizás antes se justificaban cosas que no debieran justificarse nunca”.
“En mi corazón no hay espacio para la maldad. Me equivoqué, me arrepiento profundamente”, puntualizó.