Si existe un día que los hinchas de Universidad de Chile no olvidarán jamás, sin duda es el domingo 5 de diciembre de 2021, la jornada en la que se salvaron del descenso y vencieron de manera agónica a Unión La Calera por tres tantos a dos, en Rancagua.
Aquella calurosa tarde, la U pudo quedarse en Primera División, donde la desesperación, emoción y alegría se conjugaron entre todos los que aman al Romántico Viajero y los jugadores no se quedaron atrás.
Algunos en la cancha dándolo todo, otros en el banco alentando a sus compañeros y los que no estuvieron citados, gritando y viviéndolo como la barra e hinchas que ese día, no pudieron ingresar al estadio.
Uno de ellos era Simón Contreras. El Pitu vio el duelo desde la tribuna del recinto junto a otros jugadores como Cristóbal Muñoz, José Alexis Gatica, Bastián Ubal y Lucas Assadi, entre otros.
El recuerdo del Pitu Contreras
Tras el gol de la salvación de Junior Fernandes, la cámara de TNT Sports, enfoca a esos futbolistas que estaban en las butacas y uno de ellos era el Pitu, quien sacándose la polera celebró a torso desnudo aquella conquista del moreno atacante azul.
Contreras, la recordó en el programa Hablemos del Bulla en el Canal en YouTube de Antúnez Silva, donde fue consultado de esta situación y a modo de desahogo, cuenta que hasta el día de hoy se la recuerdan. “A cada equipo que llego, siempre me molestan y me dicen ¡Oh, qué ridículo! Pero es que fue fuerte si estuvimos harto rato sufriendo”, afirmó el ex canterano laico.
Recordando esos minutos de angustia, el futbolista sostuvo que “estábamos todos en la nuestra, no nos mirábamos, llorando, hasta que se concretó el gol”, manifestó.
Al cierre, rememoró que al llegar al estadio, él tenía la convicción que no iban a descender, pero que jamás se imaginó un sufrimiento así. “No podíamos bajar, pero en algún momento pensamos que sí. No fue un buen momento, pero sí se recuerda de manera emocionante”, concluyó el Pitu Contreras.
Si bien, este 18 de diciembre los azules recuerdan los 30 años del título conseguido tras un cuarto de siglo, no se olvida la tarde de Rancagua, donde se sufrió, pero al menos, se mantendrá el recuerdo vivo del día en que la U siguió entre los grandes.