Este jueves, en Madrid, se llevó a cabo la presentación de Radamel Falcao García como nuevo jugador del Rayo Vallecano, sin embargo las cosas no salieron como gran parte del mundo se esperaba. En medio de la bienvenida, el presidente del club, Martín Presa, salió a dar sus palabras, pero todos sus intentos por hablar fueron interrumpidos por la afición.

Para muchos fue un acto de irrespeto para el delantero colombiano, pero para entender todo lo que pasó hay que conocer el contexto del equipo al cual llegó 'El Tigre'. El Rayo Vallecano es un club con una ideología política muy marcada hacia la izquierda. Su hinchada se declara antifascista, anarquista y del barrio.

Bajo esa premisa, el presidente Presa representa todo lo contrario y lleva más de una década al frente del club, a pesar de todos los inconvenientes que ha tenido con los hinchas. Lo primero es que durante su gestión, los constantes aumentos de precios a la boletería y abonos han sido el pan de cada día y los beneficios a los hinchas son cada vez menores.

Desde el 2011, el Rayo Vallecano ha descendido en dos ocasiones y asecendido en las mismas, pero el plan deportivo no tiene un norte ya que las fuerzas básicas cada día se han debilitado mucho más y la crisis de resultados ha derivado en una crisis económica que no ha permitido al club sostenerse en la máxima categoría del fútbol español.

Así mismo, en 2017, Presa intentó fichar Román Zozulia, un jugador que se ha declarado abiertamente como seguidor del nazismo, pero todo se echó para atrás por la presión de la hinchada de Los Bukaneros, 'barrabrava' del club. Y hace unos meses, aprovechando que no había público en los estadios, invitó a dos políticos del VOX, partido de extrema derecha de España, lo cual desató un total rompimiento de relaciones con la hinchada.