Es cierto que los clubes del FPC, especialmente los grandes, suelen tener buenos movimientos financieros gracias a la venta de jugadores y comisiones por compras. Sin embargo, la sombra de las deudas entre clubes colombianos siempre está presente.

Cada mes, nuevos casos de impagos por deudas de diversa índole salen a la luz. La mayoría se resuelven en la mesa de negociaciones o con la ayuda de abogados, sin llegar a los tribunales.

Junior de Barranquilla no quiere tener más nada de que preocuparse, sino de los juegos grandes que vienen, como los de la Copa Libertadores de América. Pero esta situación es algo que no pueden simplemente ‘olvidar’.

La deuda del Junior con un club pequeño

Sin embargo, el FPC es conocido por ser la excepción a la regla. Un caso reciente que ha llamado la atención es el del Atlético Bucaramanga, que ha exigido a la directiva de Junior de Barranquilla el pago por el traspaso del jugador argentino Gonzalo Lencina. Al parecer, el club tiburón lleva más de un mes sin pagar la segunda cuota del traspaso.

Es probable que al final se evite la demanda y se llegue a un acuerdo en una reunión amistosa. Sin embargo, este caso pone de relieve la fragilidad financiera de algunos clubes del FPC y la necesidad de mecanismos más transparentes y eficientes para la resolución de conflictos económicos.

Gonzalo Lencina ni siquiera está jugando para Junior de Barranquilla, el argentino actualmente forma parte del plantel del Deportivo Pereira y es probable que continúe allí hasta el final del 2024.