Un golazo para alargar el marcador en el Civitas Metropolitano de Madrid, en un partido amistoso que domina la Selección Colombia desde el primer minuto. Una idea de juego cada vez más madura y una táctica ofensiva de Néstor Lorenzo que tiene toda la intención de someter al rival en defensa. Con Jhon Arias, James Rodríguez y Luis Díaz, el equipo colombiano tiene paralizada a Rumania.

Al minuto 35 apareció otra de aquellas jugadas casi de memoria que le permiten a la Selección Colombia ser letal en el frente de ataque. Magia de James Rodríguez, centro de Richard Ríos y desconcentración de Jhon Córdoba para dejar mano a mano a Jhon Arias, quien solamente tuvo que rematar y colocar el 2-0 parcial.

Un partido inteligente, táctico y muy tranquilo para la Selección Colombia. El funcionamiento con dos volantes interiores, más el tridente de ataque y el nueve referente, es el arma letal que posee Néstor Lorenzo y que hasta el momento lo mantiene invicto con el equipo colombiano.

Incluso, ha permitido que muchos de estos jugadores puedan tener mayor destreza y demostrar sus capacidades. Un equipo formado, con inteligencia y muchos elogios. Incluso, para completar, desde el primer tiempo, la Selección Colombia ya confirmaba la victoria, pues al minuto 35 ya iba 2-0 arriba. A tener en cuenta, pues era una de las críticas que tenía el entrenador Lorenzo: “Regalaba los primeros tiempos”.

Jhon Córdoba abrió el marcador ante Rumania

Antes del golazo de Jhon Arias, el que celebró fue Jhon Córdoba, quien voló por Madrid para cazar una linda pelota y poner a celebrar a todo un país. El atacante del Krasnodar de Rusia, solamente tuvo que esperar el centro para demostrar todas sus capacidades en el frente de ataque.

Sobre los cinco minutos, Luis Díaz desbordó por la banda izquierda, ganó en velocidad e ingresó al área, hizo un par de enganches, pero se quedó sin ángulo. Al ver que no pudo hacer nada, tocó para Johan Mojica, quien tuvo el espacio y el tiempo de poner un centro espectacular.

Con toda la precisión posible, Jhon Córdoba, quien venía pidiendo el balón desde que llegó el jugador del Liverpool, se posicionó en el área chica, se creó su espacio y se levantó entre los centrales para meter un impecable cabezazo imposible para el arquero rival, quien por más que se lanzó, no pudo llegar. 1-0 y ya se veía la influencia colombiana sobre la rumana en la cancha.