Faltaban dos minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario. Sevilla tenía la posibilidad de prolongar la definición de la Supercopa de España con un penal del que se hizo cargo Ben Yedder, con el partido 2-1 en favor de Barcelona. Pero Marc AndréTer Stegen se convirtió en el héroe culé tapando su remate.
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Mientras tanto, en el centro del campo, Lionel Messi ponía en práctica una cábala con el objetivo de que el equipo del Nervión no lograra igualar las acciones.
De espaldas a la jugada, La Pulga inventó una jugada atípica en él. Sin gambetas, sin el balón en su poder. Y consumado el éxito de su estrategia pareció dedicarle a alguien el penal que allá lejos tapaba el portero alemán.
Messi lo hizo propio y tal vez en parte fue suyo el mérito. Al final de cuentas, se trata de ser o reventar.
