Una de las imágenes de los Juegos Olímpicos fue el rostro de Angela Carini, la boxeadora italiana competidora en la categoría de la 66kg que tuvo que abandonar su combate ante la argelina Imane Khelif tras sentir que 46 segundos eran más que suficientes para retirarse de un cruce en el que se sentía en amplia desventaja.
Claro, la polémica se disparó y fue el turno de escuchar a la europea para entender el porqué de su decisión en un evento tan importante como lo son las olimpiadas: “Podía haber sido el combate de mi vida, pero en ese momento tenía que salvaguardar mi vida también”.
“Subí al ring e intenté luchar. Quería ganar. Recibí dos golpes en la nariz y ya no respiraba, me dolía mucho, fui a ver al maestro Renzini y con madurez y valentía le dije: ‘basta’. Nunca me habían pegado tan fuerte. Siempre he luchado contra hombres, entreno con mi hermano, pero hoy he sentido demasiado dolor”, añadió.
A la hora de ser consultada por las condiciones de su rival, Carini decidió no tomar una postura firme y simplemente centrarse en sus sensaciones dentro del cuadrilátero: “No soy nadie para juzgar o tomar una decisión, si esta chica está aquí debe haber una razón. Luché y subí al ring a pesar de las miles de polémicas que había, no soy nadie para juzgar. Sentí golpes muy fuertes, recibí golpes, soy una luchadora y mi selección lo sabe, soy alguien que aún ante el dolor nunca se detiene. Si paré lo hice sólo por mi familia. ¿Fue un combate irregular? No soy nadie para juzgarlo”.
“Siempre he luchado como una guerrera, pero incluso las guerreras se rinden a veces. Cuando la batalla está perdida clavan la espada en el suelo, con honor. Y eso es lo que hice. No me rendí, simplemente me dije que no era mi momento. Tengo que aceptarlo y seguir adelante. No tengo miedo a nada después de la muerte de mi padre y si ha sido así es porque Dios y mi padre lo han querido así en este último kilómetro”, cerró.
De esta manera, no hay muchos más capítulos que agregar a esta historia que continuará el 3 de agosto con una nueva presentación de Khelif, ya que fue el propio Comité Olímpico Internacional el que autorizó a que la africana esté presente en las olimpiadas, pese a que el año pasado la Federación Internacional de Boxeo la había descalificado del Mundial Amateur tras encontrarle cromosomas XY, correspondientes al género masculino.