El último Gran Premio de Bélgica ratificó que Max Verstappen se encamina a ganar el campeonato mundial 2022 de la Fórmula 1, después de haber sido el más rápido por amplio margen durante todo el fin de semana. En la carrera, la penalización lo obligó a largar desde el 13° puesto, y una épica remontada lo llevó al triunfo 17 segundos por encima de Sergio Pérez, su inmediato perseguidor.

En la previa del GP de los Países Bajos, Checo fue consultado sobre la superioridad ejercida por el neerlandés sobre él, y se encargó de remarcar que se siente cada vez menos cómodo al conducir el RB18, algo que no le había ocurrido al inicio de la temporada, cuando estuvo más cerca de los números y en ocasiones por encima de Max. 

"Creo que al principio me sentía más cómodo, cada vez que llegaba a un fin de semana en la primera práctica ya me sentía fácilmente feliz con el balance, y las cosas me salían naturalmente. A medida que avanzó la temporada parece que se ha vuelto más y más difícil. Cada fin de semana tengo que hacer un análisis más profundo. Y sí, no me siento tan cómodo como antes con el coche", comenzó diciendo.

El podio del GP de Bélgica. (Getty Images)

El podio del GP de Bélgica. (Getty Images)

Sin embargo, el mexicano no se detuvo ahí y dejó ver que las dificultades radican en que el monoplaza ha sido readaptado por Red Bull a la forma de conducir de Verstappen, con mayor soltura en la parte trasera. "Es un poco en esa dirección. Obviamente el coche ha evolucionado y ha ido en una determinada dirección. Pero sí, ahora mismo, mi principal objetivo es asegurarme de que soy capaz de controlar el coche", resaltó Pérez desde Zaandvort.

Diciéndose sorprendido por la diferencia de rendimiento de su compañero, Checo admitió que ha recurrido a los simuladores de Red Bull para comprender los motivos: "Sí, fue súper, súper rápido el último fin de semana. Realmente, muy fuerte. He estado en el simulador esta semana, tratando de entender todo. Y espero ser capaz de conseguir una marcha más en mi lado".