Durante el siglo XX, los Oakland Raiders fueron una de los mejores equipos de la NFL, pero cayeron en desgracia en los últimos años. Sin embargo, la noticia importante este fin de semana fue que, finalmente, se despedían de la ciudad antes de mudarse a Las Vegas.
Todavía quedan dos semanas por jugarse en la temporada regular, pero a Jon Gruden y los suyos les quedan compromisos como visitantes. Por eso, la cita del domingo ante un Black Hole colmado se suponía que fuera una fiesta…pero no lo fue.
Luego de irse al descanso ganando por 16-3, los Raiders permitieron 17 puntos sin respuesta en el complemento y perdieron el juego en los últimos minutos del encuentro. Si bien un error arbitral jugó un papel fundamental en el fatídico desenlace, dos goles de campo errados en forma consecutiva (había sido falta en el primero), dieron pie a una épica remontada de Gardner Minshew, con una marcha ganadora.
Tras el juego, Derek Carr saludó a los fanáticos – al igual que muchos de sus compañeros –, pero el plantel dejó el campo envuelto en una ola de silbidos y los seguidores del equipo hasta tiraron basura al emparrillado.
Por eso, el mariscal de campo no tardó en manifestarse sobre la situación y señaló: “Solo quiero agradecerles. Cuando me retire pueden enojarse con alguien más que sea el mariscal entonces”.
Parece ser que asumió la responsabilidad de la derrota, porque solo tuvo elogios para el público de Oakland y agregó: “Hubo muchos tiempos felices, recuerdos divertidos que tuve específicamente con esa gente en particular [a quienes saludó]”.
“Es un momento genial, decir ‘Gracias’ a estas personas. Recuerdos de lanzar una pelota y romper la cadena de Gorilla Rilla [un fanático disfrazado de gorila] y firmarla la próxima semana. Tantos recuerdos con todas esas personas, así que les dije que les iba a saludar después del juego sin importar lo que suceda”.
Así, los Raiders se despidieron del Black Hole, escenario de grandes momentos de la NFL como la Inmaculada Recepción y otros tantos.
