Sí, es cierto. No te estamos haciendo ninguna broma. Una de las historias más locas en el béisbol de Estados Unidos se dio durante el siglo XIX y, como en ese tiempo no existían las redes sociales, decidimos sacar del bául de los recuerdos esta anécdota para que te diviertas un poco.

Durante un juego en 1893 de la Atlantic League, circuito semiprofesional de béisbol norteamericano, se dio esta particular historia que tuvo como resultado que el partido terminara dos carreras y media a favor de unos de los equipos.

El portal deportivo Bleachernation se encargó de rememorar el testimonio de ‘Wild Bill’ Setley, uno de los lanzadores que hizo parte de aquel memorable juego que nos trajo una de las anécdotas más divertidas que se conozcan de un encuentro de pelota.  

“Todos los bates estaban rotos y caminó (Mike Kilroy) hacia una pila de basura cerca de ahí y agarró un hacha. Pottsville, del otro equipo, quería que se acabara el juego, pero Kilroy amenazándolo con el hacha insistió en continuar el juego. Hizo swing al siguiente picheo y corto la pelota por la mitad, con una mitad yéndose de cuadrangular y la otra se fue de elevado de out a primera base”, dijo Setley.

La historia terminó con Killroy corriendo por las bases, mientras que Potsville celebraba porque habían marcado out. ¿Cómo determinaron el resultado? En medio de una discusión y con el hacha en la mano, Mike Kilroy terminó convenciendo al umpire que como media pelota había salido del parque les tenían que dar media carrera.