La polémica ha llegado a su punto más álgido. Los Washington Redskins están en una encrucijada de cara a su futuro como franquicia, todo gracias al origen de su nombre, por motivos racistas hacia los nativos americanos, a tal punto que la ciudad de origen de la institución lo puso entre la espada y la pared.

Según dio a conocer el Washington Post, el vicealcalde de la capital de Estados Unidos, John Falcicchio, aseguró que si el equipo desea regresar a jugar en el Estadio RFK y al estado de Columbia, deberá cambiarse el nombre, de lo contrario, no se les permitirá su vuelta a la localidad.

"No hay un camino viable, local o federal, para que el equipo de fútbol de Washington regrese a Washington, DC, sin cambiar primero el nombre del equipo", aseguró la autoridad.

Por su parte, la congresista Eleonor Holmes Norton hizo un llamado al actual propietario de la institución, Dan Snyder, "una vez más para enfrentar esa realidad, ya que todavía quiere desesperadamente estar en la capital de la nación, tiene un problema que no puede solucionar, y particularmente no puede solucionarlo hoy, después del asesinato de George Floyd".

Actualmente, el equipo juega en el FedEx Field de Landover, Maryland, escenario donde retiraron todas las menciones de honor a su fundador, George Preston Marshall, por ser racista; mientras que la ciudad de Washington sacó la estatua en su memoria de las afueras del recinto.