A partir del 23 de julio y hasta el 8 de agosto próximos, Tokio (y alrededores) será el epicentro del mundo deportivo. La pandemia por Covid-19 no detuvo la máxima del Comité Olímpico Internacional (COI): hacer sí o sí los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde se disputarán 339 pruebas en 33 deportes, cinco de ellos nuevos (karate, la escalada deportiva, el surf, el béisbol o softbol y el skate).

En Tokio 2020, las nuevas tecnologías aportarán la detección de movimiento para la medición de los datos pero en tiempo real. En suma, se inaugurará una nueva dimensión en materia de cronometraje con nuevas tecnologías de detección de movimiento y posicionamiento que recopilarán una amplia gama de datos en tiempo real y redefinirán la comprensión del deporte.

El Photo finish, herramienta clave.

Los equipos que ofrecerá la empresa suiza Omega, a cargo de la cronometración desde Los Angeles 1932 (con la excepción de Tokio 1964 -Seiko- y del período 1992-2004, en el que se encargó el grupo Swatch), ya desembarcó en Japón con 400 toneladas de equipamientos, 530 cronometradores, 900 voluntarios, 350 marcadores para cada deporte y 85 para el público y 200 kilómetros de cables y fibra óptica. Pero más allá de la parafernalia, lo concreto es que ahora, en pleno siglo XXI, la búsqueda fue adaptarse a la demanda y obligación que imponen las nuevas tecnologías para redefinir la comprensión del deporte.

En primer lugar, en Tokio 2020 se mostrará exactamente cómo un atleta logra su tiempo y sus resultados finales. Esta herramienta, además de beneficiar al público que podrá conocer mejor el deporte que está viendo, será de suma utilidad para los deportistas y sus entrenadores que podrán saber dónde ganaron o perdieron oportunidades. Y, para los periodistas presentes (los pocos que habrá esta vez) y los que trabajen desde sus países, será un elemento extra para aportar contenido de mayor calidad.

El salto de calidad que marcó un antes y un después en la toma de tiempos se dio a partir de los Juegos de Londres 1948, cuando apareció el cronometraje moderno con la introducción de las células fotoeléctricas. Luego, el avance tecnologico hizo lo suyo para cada vez estar más cerca de la inmediatez y el control a través de las computadoras.