Una derrota ante el equipo que hasta la pasada jornada ocupaba el último puesto de la Liga Profesional de Fútbol, inevitablemente arrojará la conclusión de que algo hay que cambiar. Tras ser sorprendido por Banfield en el estadio Florencio Sola, Hugo Ibarra armó y desarmó a lo largo de toda la semana sin encontrar un equipo que lo deje verdaderamente convencido.
Este domingo, cuando estará recibiendo en La Bombonera al recientemente ascendido Instituto de Córdoba, Boca tendrá la necesidad de volver a sumar tres puntos para recuperarse del traspié y no empezar a quedarse demasiado lejos de los equipos que se disputan la cima de las posiciones, con San Lorenzo a la cabeza.
Curiosamente, a un día del partido Ibarra sigue teniendo dudas en relación a los once que saltarán al terreno de juego desde el inicio. Ninguna de las pruebas que realizó lo terminaron de convencer. Incluso el jueves, el equipo que había parado como titular fue goleado 3-0 por los suplentes.
El Negro no la pasó bien, al punto que el miércoles fue internado luego de sufrir una descompensación. Dicen que es el estrés que le provoca no poder encontrarle la vuelta a este inicio de torneo. El origen del síntoma es incomprobable. Que Boca no funciona como quisera, imposible de negar.
En la última práctica que realizó este sábado decidió finalmente sacar del equipo a Alan Varela, dando lugar a Equi Fernández. Allí está la duda principal, porque los dos futbolistas alternaron dutante toda la semana entre equipo titular y equipo suplente. Mayor sorpresa causó la salida de Oscar Romero, quien con partidos mejores o peores siempre parece ser el que se rebela ante la adversidad. Su lugar este sábado lo ocupó Martín Payero. ¿Pero lo convenció? Más convencido se lo vio de mantener finalmente a Sebastián Villa como titular para formar un tridente de ataque con Langoni y Benedetto, descartando así la opción que manejó hace nada más que un par de días de dar lugar a Merentiel.