La fecha 3 de la Liga Profesional culminó en Avellaneda, donde un Racing golpeado recibió a Vélez. Después de quedarse sin chances en los torneos con definición mano a mano, además de perder a un baluarte como Nery Domínguez, los comandados por Fernando Gago buscaron los tres puntos ante su gente.

El Fortín, liderado por Alexander Medina, llegaba al Cilindro sin triunfos en lo que va del certamen y con la mente puesta en lo que será el doble cruce frente a River por la CONMEBOL Libertadores. Y el DT uruguayo resguardó a varios habituales titulares, lo que llamó la atención de propios y extraños.

En la primera etapa, se vio un partido muy trabado y sin grandes emociones, como si el clima invernal se hubiese apoderado de las acciones que querían entablar ambos equipos. Pero Racing supo aprovechar, mediante la paciencia, y logró conseguir la ventaja.

A través de una gran jugada colectiva, y luego del cambio de frente de Emiliano Insúa, fue Matías Rojas quien se tomó un segundo más para pensar y eludir a Diego Gómez y Lucas Hoyos. Y con total sutileza, definió con la cara interna del pie izquierdo.

Buscando remediar el yerro táctico, en el complemento hubo cambios en la visita y comenzó a generarle peligro al arco defendido por Gastón Gómez. La jerarquía y experiencia de Lucas Pratto, comulgada con la juventud de Luca Orellano, generó que Racing se retrase y le ceda el balón.

A falta de 15 minutos para que culminara el encuentro, la de Gago dejaban ver que no estaban para nada cómodos con lo que estaban realizando dentro del campo de juego, ya que Vélez se aproximaba con algo de peligro. Y el DT de la Academia cambió el esquema para comenzar a aguantar: por cansancio sacó a Rojas y Mura, dándole lugar a Pillud y Orban.

Para sellar el triunfo, apareció el uruguayo Fabricio Domínguez. Después de ingresar por Cardona, y por una majestuosa asistencia de Jonatan Gómez, el mediocampista que hizo inferiores en Nacional de Montevideo le sacudió el arco a Hoyos para dejarlo mordiéndose los labios de la bronca.