En los Juegos Olímpicos París 2024, alrededor de 10.500 de los mejores deportistas de todo el planeta compiten por un lugar en la historia y ni las máximas estrellas quisieron perderse la cita.
Tras el fracaso del Team USA en el Mundial 2023 por la eliminación en semifinales, las principales figuras de la NBA dieron un paso al frente y se comprometieron a darle otro oro al básquetbol de Estados Unidos. LeBron James, Kevin Durant, Steph Curry, Joel Embiid, Devin Booker, Anthony Davis, Jason Tatum y Anthony Edwards son algunas de las estrellas que forman este elenco estelar que busca la redención.
Curiosamente, el antagonista de este Dream Team 2024 es de otra disciplina, pero de la misma nacionalidad. Se trata de Noah Lyles, un destacado velocista, candidato al oro en más de una prueba, que tuvo un fuerte encontronazo con la NBA el año pasado y ya se destaca en la capital francesa.
En una conferencia de prensa, el talentoso atleta generó la furia de los basquetbolistas de la liga norteamericana al decir: “Tengo que ver las finales de la NBA y ver cómo se les llama campeones del mundo. ¿Campeón mundial de qué?… ¿Estados Unidos? No me malentiendas. Amo a Estados Unidos, por momentos, pero no somos el mundo“.
“Aquí sí somos el mundo. Están casi todos los países peleando entre todos, luchando por ganar, usando sus banderas para mostrar que están siendo representados. En la NBA no hay banderas. Debemos hacer más. Debemos representar al mundo“, continuó, refiriéndose al Mundial de Atletismo en Budapest, dónde consiguió tres medallas doradas.
La polémica creció cuando las estrellas de la NBA lo cruzaron al responder una publicación de Instagram. “Alguien que lo ayude“, escribió Durant. “¿Alguien le va a decir algo?“, comentó Adebayo, mientras que Booker, Lillard y Draymond Green, entre otros, replicaron con emojis. En París, los basquetbolistas y Lyles conviven en la cita.
Lyles hace historia en París 2024
El velocista, que acaba de cumplir 26 años, tuvo su debut olímpico en Tokio, dónde consiguió una medalla de bronce en la prueba de 200 metros, su especialidad. A París llegó con experiencia en el lomo, marcas y laureles que lo posicionaron como candidato a colgarse más de una presea.
En Budapest, el norteamericano arrasó con medallas de oro en las pruebas de 100, 200 y 4×100 metros y aspiraba a lo mismo en París, aunque sabía que sería complicado. Llegó a la capital francesa como el tercer hombre más veloz de la historia en los 200 y con la mejor marca actual.
En los 100 corría por detrás del jamaiquino Kishane Thompson en la previa, pero dio el golpe en la final y lo venció con una marca de 9.79 segundos, apenas 5 milésimas por delante del centroamericano. Todavía le quedan los 200 y la posta 4×100 para cumplir sus máximos objetivos.