Delantero centro, portentoso, de casi 1,90m y con comprobado historial goleador en selecciones juveniles. Nile Ranger era la gran promesa del Newcastle United y de la Premier League a comienzos de la década pasada. Con 19 años ya había firmado un contrato profesional por cinco temporadas y grandes cosas se esperaban de él.
Sin embargo, fuera del fútbol su vida siempre fue un problema tras otro, los cuales escalaron hasta perjudicar su carrera profesional. Contratos finalizados por mala conducta y dos pasos por la cárcel, uno de ellos por asalto a mano armada, problemas con el juego y constantes controversias. La vida de Nile Ranger terminó siendo muy diferente de lo presagiado y él mismo se encargó de relatarla.
En una entrevista con BBC Sport, Nile Ranger reconoció ser el único culpable de la debacle en su vida, cuando tenía todo para ganar y cuando todos lo intentaban ayudar. “Mis compañeros, mis amigos y entrenadores me decían todo el tiempo que las chances se me iban a acabar pero yo jamás los escuché. Era salvaje, salvaje… salvaje“, admitió.
“Entiendo que tengo una historia, se que si me hubiera comportado seguiría en la cima, pero jamás seguí las reglas“, relató un Ragner que a sus 33 años se encuentra todavía vinculado al fútbol. Aunque esa cima está lejos de su realidad, ya que su última presentación fue con el Kettering Town, un equipo amateur de la séptima división inglesa.
Nile Ragner fue problemático desde niño: pasos por correccionales y asaltos
La carrera de Nile Ragner prometía… pero a la vez, parecía destinada a terminar antes de comenzar. El Crystal Palace fue su primer club, pero con apenas 10 años el club londinense lo dejó ir por mal comportamiento en su escuela.
A los 15, Ragner vivió un episodio crítico en su vida, al participar de un asalto a mano armada y terminar por 11 semanas en un correccional para menores. “No es que fueramos a disparar o apuñalar a nadie. Tan sólo queríamos algo de dinero rápido. Uno de nosotros tenía un cuchillo, no sé por qué… actuamos como idiotas”, explica.
Por supuesto, hoy Ragner recuerda eso y reprueba al chico que supo ser: “Robo a mano armada… es terrible. No quería lastimar a nadie. Ahora soy mayor y reconozco el trauma que puedo haber causado. Era un lunático, no sé de qué otra forma llamarlo“, admite Nile Ragner en la entrevista.
Newcastle le dio una oportunidad enorme… que desaprovechó
“Mis padres intentaron hablarme, pero nunca les hice caso“, admite Ragner, cuyos padres estaban separados pero nunca dejaron de estar presentes en su vida. Ni siquiera su paso por un plantel como el Newcastle de comienzos de los 2010’s con jugadores como Fabricio Coloccini, Michael Owen o Alan Smith fue capaz de cambiarlo.
“Pase de la nada a tener algo… poco después de salir de la correccional me estaba cambiando junto a Michael Owen“, rememora Nile Ranger. Su rendimiento en las canchas seguía siendo prometedor, con más de 20 goles por temporada en las juveniles, y entonces el Newcastle le otorgó un contrato de 10 mil libras semanales por cinco temporadas. Otro momento clave en su vida.
“No estaba acostumbrado al dinero, traté de encajar con los otros jugadores pero en el proceso me volví un adicto al juego. Traía a mis amigos desde Londres para fiestas, no tenía disciplina y vivía la vida por la vía rápida”, cuenta Ragner.
Chris Hughton, entrenador por aquel entonces en Newcastle, le hablaba con frecuencia pero Ragner nunca entró en razón. En 2013, su contrato fue finalizado tras una acusación de violación. Y el espiral continuó girando, cada vez con más fuerza.
Su caída en el fútbol, un nuevo paso por la cárcel y el momento que cambió su vida
Pasos por el Championship, League One y League Two… incluso uno por la National League terminaron de alejarlo de los primeros planos, y su vida seguía descarrilada. Ragner cumplió tiempo en prisión por fraude fiscal, malversación de fondos y filtrar información bancaria.
Su paso por Pentonville fue transcendental para cambiar su vida, y decidió abrir una academia de fútbol para que otros no vivan lo mismo que tuvo que pasar él durante su vida. Sin embargo, lo que realmente modificó su visión fue el nacimiento de su primer hijo, Aziel, quien hoy tiene tres años.
“Él depende de mi, por lo que tengo que ser mi mejor versión. Todos cometemos errores en la vida, lo importante es aprender de ellos y crecer como persona”, destaca Ragner, quien también mira hacia atrás y hoy no hace más que arrepentirse de las decisiones que tomó en su vida.
“Duele pensar sobre todo lo que desperdicié y la vida que pude haber tenido. Me equivoqué mucho“, cierra. Aún así, y de regreso al fútbol tras dos años sin jugar, Ragner cree que todavía puede volver a ser profesional y le dará un intento más a sus 33 años y, ésta vez, con sus prioridades en orden.