El domingo, ese penal convertido por Gonzalo Montiel culminó un ciclo repleto de logros, pero comenzó una nueva historia: la de un pueblo argentino sediento de gloria que pudo por fin volver a delirar con la Selección ganando una Copa del Mundo.
Es por eso que minutos después de esa consagración, las calles de todo el país se tiñeron de celeste en blanco y cada territorio argentino se convirtió en una verdadera fiesta. Pero este martes llegó el punto cúlmine de esta celebración interminable.
El regreso de los campeones desde Qatar, en una madrugada de Ezeiza que también quedará en la historia, tuvo a miles de personas recibiéndolos como se merece, aunque eso fue solo el comienzo. Por los hinchas comenzaron a congregarse en plena madrugada en el Obelisco y distintos puntos del centro porteño para acompañar la caravana de todos.
Cerca del mediodía, nuevamente ese micro descapotable con los campeones arriba partió desde el predio de Ezeiza para ofrendar la Copa del Mundo a su pueblo. Desde Autopista Ricchieri, los hinchas acompañaron ese micro donde los jugadores armaron su fiesta, la íntima, para compartirla con todos.
+ Acá, las mejores imágenes de una jornada inolvidable que ya está en la historia argentina: