Ganar un Grand Slam es la hazaña más grande para cualquier tenista. Unos pocos como Roger Federer, Rafael Nadal o Novak Djokovic nos han malacostumbrado a pensar que es sencillo ganar decenas de ellos. Pero no, llegar siquiera a obtener uno es una proeza, pero en esta historia ganar un Grand Slam fue el principio del fin.
Hablamos precisamente del cierre de la carrera de Petr Korda, un tenista nacido en la ya disuelta Checoslovaquia en 1968 se consagró campeón del Abierto de Australia de 1998. Una semana después de cumplir la treintena de edad, Korda se impuso al chileno Marcelo Ríos en la final, aunque esa algarabía duraría apenas seis meses, hasta el momento que acabó con su carrera: su sanción por dopaje.
Korda, que había escalado al puesto 2 del Ranking ATP -sólo por detrás del legendario Pete Sampras- tras conquistar el torneo en Melbourne, vivió un duro final de carrera al ser acusado de dar positivo en una prueba de dopaje en Wimbledon. El checo habría ingerido nandrolona, un esteroide vinculado con el crecimiento muscular.
El caso provocó un revuelo en el mundo del tenis, pues se trató del primer tenista de renombre en enfrentarse a un caso de este estilo y estar bajo la lupa de los medios y la opinión popular. La sanción le impidió jugar por un año en torneos ATP, pero Korda nunca volvió.
El chileno Marcelo Ríos llegó a pedir que se lo reconozca a él como campeón de aquel Grand Slam
Korda alegó su inocencia bajo la premisa del desconocimiento sobre la sustancia y de ser un “gran consumidor de carne” por lo que el caso llegó incluso a un tribunal de apelación.
No obstante, la opinión de un profesional de la medicina puso fin a las chances de Korda de salir victorioso del caso: “Para alcanzar esos niveles de nandrolona, una persona debería comer 40 terneros al día durante 20 años”, expusieron.
Años más tarde, Marcelo Ríos y la Federación de Chile llegaron a expresar sus intenciones de adjudicarse el Australian Open de aquella temporada, ese que Korda le ganó al Chino en febrero.
Marcelo cree que ese partido le correspondía. Nos pide a nosotros que, como Federación le pidamos a la ITF que reabra el caso del tema de la final de Australia de 1998 con el objetivo de que se determine que en aquella final Korda habría jugado dopado”, explicó en 2015 José Hinzpeter, por aquel entonces presidente de la Federación chilena de tenis.
Lamentablemente para el chileno, la ITF rechazó de forma oficial en 2016 el pedido del chileno de ser declarado como ganador del Abierto de Australia 1998. Sergio Elías, Presidente de la ITF en aquel año y también de nacionalidad chilena, expresó: “No fue considerada (la petición), porque el doping se detectó cinco meses después y no hay antecedentes de dopaje en ese partido [la final del Australian Open]”.
El hijo de Petr Korda enfrentó a Djokovic y Federer
Korda se casó con Regina Rajchrtová, también checa y también tenista profesional. Los genes estaban en la familia y uno de sus hijos, Sebastian Korda, llegó a formar parte del Circuito ATP. En agosto de este 2024 el nacido en la Florida y de nacionalidad estadounidense llegó al puesto 15 del Ranking Mundial, su mejor marca hasta la fecha.
Sebastian es ganador de dos torneos ATP (Parma 2021 y Washington 2024) y campeón Junior del Australian Open (2018), tal y como lo hizo su padre en mayores. Korda registra triunfos importantes en su carrera ante tenistas como Andy Murray, Carlos Alcaráz Jannik Sinner o Daniil Medvedev, aunque se le recuerdan grandes duelos contra Djokovic y Nadal.
Su partido más recordado contra Nadal es el del Paribas Open 2022, donde se vieron las caras en segunda ronda. Korda contaba con un 5-2 de ventaja en el set decisivo, aunque Nadal logró darlo vuelta y vencerlo en Tiebreak. Por su parte, contra Djokovic cayó en tres sets en la final del Adelaide International 2023, partido en el que tuvo un Match Point para quedarse con el torneo.
Sebastian tiene apenas 24 años, un gran respaldo y una familia que conoce el deporte. Su padre, eso sí, tiene un Grand Slam en su haber, por lo que para superar el legado familiar, todavía tiene camino por recorrer.