Después de una catarata de apellidos y una (ya tradicional) danza de nombres, está todo dado para que Boca confirme su primer refuerzo y sea el menos pensado: Nicolás Figal. El exfutbolista de Independiente se pondrá la casaca del Xeneize para reforzar una zaga que, en consecuencia, perderá valores importantes.
No hace falta hacer mucha memoria para recordar a este defensor central, que se fue del Rojo a la MLS por una altísima suma de dinero. Su porte físico, la velocidad y su gran técnica con los pies ilusionan al pueblo xeneize. Sin embargo, del otro lado de la vereda, hay un antecedente que hubieran deseado no revivir.
Tras confirmarse -extraoficialmente- que Figal llegará a Brandsen, los hinchas de River se acordaron inmediatamente del fatídico día en el que Juan Fernando Quintero se rompió los ligamentos. Fue justamente en un clásico ante Independiente y la inminente incorporación de Boca protagonizó la jugada.
Lo cierto es que aquella lesión no se produjo por una acción brusca del defensor, sino por la mala fortuna del colombiano tras un leve roce de juego. Distinto fue lo que sucedió en ese mismo encuentro pero minutos después, donde Figal vio la roja por una fuerte infracción sobre Nacho Fernández.